Opinión
Por
  • JOSÉ MORALES MARTÍN

Rechazo inequívoco desde la propia comunidad

No debemos aprovechar cualquier suceso como éste, la decapitación de un profesor en París por terrible que sea, para proclamar un insensato e inexistente derecho a ofender las creencias de los demás. Debería ser el sencillo repudio social el que pusiera en su sitio a los que entienden que la mejor solución para frenar a los bárbaros es mostrarles el camino de una malentendida libertad, que no atiende a ningún tipo de límites. Y, por último, el dramático suceso en Francia nos vuelve a poner sobre la mesa las limitaciones de la ley, por imprescindible que sea su aplicación. La integración social en Europa de inmigrantes y refugiados pasa por acoger, proteger, promover e integrar, sin contribuir con nuestra actitud a la estigmatización general y al gueto. Solo así lograremos, a medio y largo plazo, que, como ha sucedido esta vez tímidamente en Francia, se vayan alzando voces desde la propia comunidad musulmana, de rechazo inequívoco ante todo tipo de terrorismo.