Opinión
Por
  • VENANCIO RODRÍGUEZ SANZ

La aceptación es el camino

En muchas ocasiones nos pensamos que aquella enfermedad o deficiencia con la que hemos nacido es una desgracia. Y pasamos toda nuestra vida sintiendo complejo y maldiciendo nuestra suerte, la vida y a Dios. De hecho, la ciencia, el consumismo, los intereses económicos están muy interesados en echar leña a ese fuego. También es cierto que la ciencia avanza gracias a que pensamos que esto es un accidente de la naturaleza subsanable. Pero, ¿alguna vez se nos ha ocurrido pensar que aquel defecto o enfermedad con la que hemos nacido o adquirido a lo largo de nuestra vida forma parte de nuestra salvación Algunos dirán que esto es un atraso. Algunos pensarán que estaríamos en la Edad de Piedra si no se hubiera investigado para corregir estos problemas. Y seguramente que en algunos casos tendrán razón, pero pienso que en otras no. Yo diría que en otros casos es inteligencia porque, aquella dificultad nos hubiese apartado de dolores más aberrantes. Seguramente usted recordará algún ejemplo que confirme que la aceptación del problema hubiese sido mejor que la operación: el que está ciego no puede ir a la guerra, ¿verdad En fin, ya nos lo pronosticaba aquel viejo adagio griego que decía: "Los dioses nos castigan atendiendo nuestras súplicas".