Opinión
Por
  • JOSÉ MANUEL MACARULLA (DIRECTOR EJECUTIVO DE ASOCIACIÓN ARAPARDA)

La reforma de la PAC post 2020

Porque en Aragón no se ha hecho un debate público sobre la PAC post 2020 Muy sencillo. Porque no interesa. Porque se está vendiendo humo. Y hay verdadero pavor a tener un gran debate.

No habrá PAC si antes no hay presupuesto. Nunca lo ha habido. Y ahora tampoco será una excepción. Otra cosa es decir medias verdades o medias mentiras.

¿Y del impacto del Brexit en el presupuesto de la UE y por tanto de la PAC En España ha pasado desapercibido hasta que el Comisario Hogan estimó su impacto en un orden de 3.600 millones.

Debatir es bueno, es necesario, pero lo que no es bueno es pretender que los diferentes agentes del sector se posicionen con medidas cerradas antes de tener todas las cartas en la mesa. Y ante todo, en paralelo con lo anterior, se deben solucionar de manera eficaz, justa y rápida los graves problemas que la aplicación de la actual PAC nos está generando, sobre todo a la ganadería extensiva.

Hablemos de propuestas. Como ejemplo planteamos las siguientes: Primer Pilar (financiado 100% por el presupuesto UE): 1º. Pagos asociados a la ganadería: Con tramos o escalas, en función del número de animales, con pagos diferenciados si se mantienen razas autóctonas, si se trabaja en sistemas de calidad diferenciada.

2º. Pagos a las zonas desfavorecidas y de montaña: Con tres niveles en función de cultivos, altitud, pendientes, etcétera.

En Francia, nuestros vecinos al otro lado del Pirineo, llegan a alcanzar hasta 22.000 por este concepto.

3º. Pagos por servicios agroambientales. Cambio a un modelo donde los agricultores y ganaderos perciban las ayudas a cambio de productos y/o servicios específicos e identificables sobre una base contractual. Esto obligaría a la PAC a incidir en objetivos concretos y específicos alcanzables mediante acciones orientadas a resultados verificables.

Así mismo, debe asegurarse, que los agricultores protegen la biodiversidad y mantienen los servicios agroambientales más allá de las buenas prácticas agrícolas.

Habría que buscar el modelo para la retribución a aquellos agricultores o ganaderos que contribuyan al secuestro de carbono y a la mitigación de gases de efecto invernadero. Es necesario poder verificar, por parte de la sociedad en su conjunto, que los servicios o bienes públicos en base a los que se pagaría a los agricultores que desarrollaran prácticas agrarias que van más allá de lo que se requiere legalmente, se obtienen y se entregan a la sociedad.

La condicionalidad y el greening se podrían sustituir por un modelo de plan agroambiental, voluntario, permitiendo éste modelo, flexibilidad a los Estados Miembros para diseñar planes que sean apropiados para sus circunstancias regionales, comarcales o incluso locales.

4º. Pagos al resto de las explotaciones agrarias: Y aquí debatamos si se incluyen o no, los sectores productivos que hoy no son perceptores de ayudas PAC.

Segundo Pilar (cofinanciado por los países miembros y la UE) 1º. Desarrollo Rural.

2º. Medidas de mercado. Existe suficiente justificación para continuar brindando apoyo a la producción de calidad, incluyendo la agricultura y ganadería ecológica, a las elevadas exigencias de bienestar animal, a la I+D+i, a la mejora de la competitividad y de las estructuras agroalimentarias, a la conservación de los recursos genéticos (vegetales, animales y forestales), al fomento del asociacionismo agrario, al fortalecimiento del papel de los productores en la cadena alimentaria o a la incorporación de los jóvenes y de las mujeres a la actividad agraria.

La PAC, con sus mecanismos y su presupuesto, debe continuar para hacer frente a los fallos del mercado. Evidentemente, que los perceptores deben ser agricultores profesionales, pero todos, incluidas la sociedades y no solamente las personas físicas en función de su IRPF.

Se tendría que avanzar hacia ayudas finalistas, "dinero público, para bienes públicos". Así, se resolvería el espinoso asunto del "agricultor activo". Su definición y control desde las administraciones es extremadamente complejo. En cambio, si las ayudas son finalistas y exigen la realización de actividad, los "no activos" se autoexcluirán solos del sistema.

Y en cualquier caso, antes de hablar de futuros trasvases de fondos entre sectores, que pueden poner en peligro nuestra diversidad y variedad productiva, deberían tener un estudio de impacto serio y riguroso sobre las posibles consecuencias para los propios agricultores o ganaderos, y para los diferentes sectores.

En caso contrario estaremos desvistiendo a un santo para vestir a otro. En algunas propuestas, resulta realmente curioso que se diga textualmente que se mantenga en términos relativos la actual distribución financiera entre territorios, pero que se modifiquen los criterios de reparto.

Es clave porque entramos en terrenos pantanosos, donde lo mío no se toca, lo de mi territorio no se toca. Sin embargo, se opina de cómo deben hacerlo los demás.

De lo que estamos seguros es que plantear medidas para que se conviertan en huidas hacia adelante, sobre todo bajo el fuego del aparato mediático, suelen acabar en nuestra contra.