Opinión
Por
  • JAVIER GARCÍA ANTÓN

Si tuvieras que elegir

Si tuvieras que elegir
Si tuvieras que elegir
Á.H.

Noa fue brutalmente violentada. En la prehistoria que vivió, la fiesta de mujer era una ceremonia de salvajes, impregnados de instintos primarios, sin atisbo de emoción. La tomaron por costumbre. Bestialidad.

Jiang Li respiraba la sencilla intrascendencia de una adolescente en la China del primer gran emperador. Una civilización en la que la mujer era moneda de cambio de la pobreza a seres deleznables. Y vio sacrificada su integridad en el símbolo del ojo extraído para satisfacer la sevicia imperial.

Hanna nació a la luz con el estigma de su esclavitud, condición más negra que su piel. Una lucha contracorriente con la barbarie presuntuosamente proclamada en el Perú de los conquistadores españoles.

Lía es la cuarta protagonista. La mujer del siglo XXI, que viaja por los cinco continentes, domina idiomas, rezuma don de gentes, respira inteligencia emocional, aparenta independencia y hasta un punto de rebeldía... pero es sojuzgada por su pareja sibilina e inmisericordemente.

Son los personajes de "Si tuvieras que elegir" de Leonor Lalanne. Una metáfora novelística, a través de sus ojos azules, de la violencia de género que constata el fracaso de civilización en civilización. De los usos prehistóricos a esta vanguardia tras siglos de luz e ilustración, por la imprenta y la educación universal, por la proclamación de derechos y las verdades de la ética.

Hoy es el Día Mundial y, más cerca que lejos, una mujer está aterrada, oculta, reducida, condenada a una vergüenza que no le corresponde... En todo el planeta, sola. Ayudemos a teñir su inmensidad negra de azul. A devolverle la paz, el sosiego y la justicia. Una nueva atmósfera. Libre. Humana. Si tuvieras que elegir... Vida.