Opinión
Por
  • MODESTO ARJONA ORTIZ

Pitingo dixit

El artista onubense, que triunfa en la Starlite de Marbella con sus gorgoriteos aflamencados, ha saltado a la arena política diciendo, como si de una mala copla se tratara, que "Bildu es ETA, digan lo que digan". Desde que Bertin Osborne, Cayetano Rivera, Belén Esteban, José Manuel Soto y ahora Pitingo, entre otros españoleros, han decidido participar en el debate político, lo cierto es que se ha producido un salto de calidad espectacular. Sus aportaciones son de una profundidad y de un calado que ponen a prueba la inteligencia del más avezado analista y son un capote de incalculable valor para Inda, Herrera, Casado, Abascal y compañía.

Cuánto mejor le iría a este país si tan preclaras mentes decidieran crear una fundación para el pensamiento social de la que pudieran nutrirse ideológicamente las sucesivas generaciones políticas.

Hasta aquí la ironía. Ahora lo serio...

Pitingo es un analfabeto político. Jamás podrá justificarse un atentado por motivos políticos, y si la justicia condena a un terrorista por delitos de sangre debe exigirse, sin confundir justicia con venganza, el cumplimiento íntegro de la pena; pero afirmar que "Bildu es ETA" ni se corresponde en absoluto con la evolución política de este país, ni hace justicia al enorme esfuerzo que nos ha costado llegar hasta aquí. El hecho de que el artista en cuestión sea hijo y hermano del cuerpo de la benemérita puede hacer su disparate más comprensible, pero en absoluto responde a la realidad.

Nicolás Sartorius, aristócrata, abogado, político y veterano luchador antifranquista, encarcelado seis años por defender la democracia, ha manifestado: "No sé si hay pacto con Bildu, pero en la Transición pactamos con quien nos fusilaba". Pues eso, un aviso para pitingos. La política es una tarea lo suficientemente noble e importante como para trivializarla con gorgoriteos. Respetuosamente...