Opinión
Por
  • EDUCADORAS Y EDUCADORES DEL MOVIMIENTO JUNIOR DE HUSCA

La mirada de la infancia

Si siempre descubrimos todo un mundo tras la mirada de la infancia ¡cuánto más ahora cuando las mascarillas nos impiden observar la expresión de sus bocas! Es en esos ojos donde se condesa el deseo, las ilusiones, el miedo… y los sueños, como los que expresaron las niñas y los niños en el campamento urbano realizado por el Movimiento Junior el pasado julio en la parroquia del Perpetuo Socorro de Huesca.

En el 20N, Día Mundial de la Infancia queremos recordar que ésta no sólo es objeto de atenciones y cuidados sino también sujeto y es necesario dar voz propia a sus preocupaciones y esperanzas .

"Tras la pandemia queremos conservar la unidad que se ha creado en muchas familias y poder ver a nuestros abuelos, buscando su bienestar en la nueva situación", "en la escuela que todos tengan las mismas oportunidades para aprender, muchos han perdido los meses de confinamiento por no tener medios adecuados", "volver a ver las calles con gente pero limpias, sin coches, tranquilas y para el encuentro", "unos servicios sanitarios reforzados, hospitales con más personal y recursos", "estar a gusto en el trabajo, con condiciones humanas y dignas", "que los trabajos de nuestros padres les permitan pasar más tiempo con nosotros", "un planeta sin fronteras, sin dinero, más verde, no apropiarnos de lo que no nos pertenece: el agua, el sol, los minerales…", "más respeto y responsabilidad en los políticos, que haya colaboración entre partidos", "que en las religiones haya menos preocupación por las formas", "aprender a comunicarnos de manera no violenta", "responsabilidad individual y colectiva para evitar nuevos contagios".

Estos y muchos otros sueños expresaban las niñas y niños que participaron del campamento, pero no se conformaron sólo con soñar, sino que también se comprometieron a poner de su parte para que estos sueños sean posibles, con pequeñas acciones en lo cotidiano. Y nos interpelan a nosotros, las personas adultas, a que hagamos los mismo, que analicemos qué gestos del día a día impiden o favorecen la realización de sus sueños, que, si lo pensamos bien, también son los nuestros.