Opinión
Por
  • RAÚL BENITO (EMPRESARIO)

Sufrimiento opcional

El 23 de mayo del año pasado, mi admirado Arturo Pérez-Reverte publicó un tuit que, al menos para mí, se ha convertido en un mantra. Un mantra de los buenos, de los que tienen poder sanador, espiritual y psicológico, muy distinto de los mantras "redondianos". Decía así: "Y sin embargo, pese a todos ellos y pese a nosotros mismos, España es un lugar estupendo. Me gustaría vivir aquí como un inglés en Marruecos: sin que me importara, sin que me doliera. Ojalá algún día lo consiga".

Puestos a enmendar al maestro Arturo, ajustaría un poco su frase quitándole el segundo "sin": "Que me importara, sin que me doliera". Aunque al dejarlo así, habría que buscar una nacionalidad más empática que la inglesa.

Son malos tiempos para los que nos importa España. Malos tiempos para los que queremos un buen futuro para todos y especialmente para nuestros hijos y nietos. Malos tiempos para los que comprendemos, aunque sea básicamente, los mecanismos que generan bienestar y desarrollo. Malos tiempos para los que amamos la libertad. Malos tiempos para los que creemos en el ejercicio responsable del poder especialmente si es poder público.

En la tarea de que nos importe sin que nos duela estamos implicados muchos. Debemos abstraernos para poder dedicar con plenitud nuestra energía en aquello que, razonablemente, sabemos hacer y que puede servir. Sería bueno trabajar sin la angustia de saber que otros destejen lo que nosotros tejemos. Si resulta imposible evitar el dolor, siempre nos quedará practicar las enseñanzas de Buda: "El dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional".