Opinión
Por
  • Diario del Altoaragón

La difícil interpretación de los indicadores

Los indicadores económicos están al nivel de la situación sanitaria del país, en plenitud de emergencia e incertidumbre. Los datos del desempleo resultan inquietantes, porque en un juego cruzado la mejoría de las cifras de afiliación a la Seguridad Social se contrarrestan por el abultado guarismo de los trabajadores en ERTE. Y, si nos atenemos a la provincia de Huesca, el mercado laboral arroja un comportamiento inquietante, con unas listas del paro que se han engrosado en más de 2.500 personas durante los últimos doce meses y en noviembre 423. La importancia del sector turístico es determinante, junto a una importante subida en la industria y una de carácter más estacional en la agricultura. Llegar a 11.480 desempleados en un territorio con una pirámide poblacional como la de Huesca y una terciarización muy pronunciada expresa claramente la complejidad de la coyuntura.

Algo similar sucede con un sector de la relevancia del automovilístico, con una disminución de diez puntos sólo en el mes de noviembre y un acumulado en los primeros once meses del 27,26 % de caída, una actividad que tiene una gran trascendencia en nuestra economía y que no encuentra durante el ejercicio con la tecla para estimular el consumo, en gran medida por el propio condicionamiento de la movilidad y la desconfianza que se instala por el marasmo sanitario en el que nos hallamos inmersos.

No resulta fácil interpretar con rigor y seriedad los indicadores económicos, y de nada sirve hacerlo desde un punto de vista doctrinal, porque engañarse no es la opción especialmente cuando estamos en el centro de una encrucijada de la que dependerá sobremanera nuestro bienestar en los próximos años. En lo político, mayor claridad y acuerdos serían básicos para acompañar la economía con criterios serios.