El amor, la tercera vía
La tercera vía se ha convertido en El Dorado de la política, en un anhelo que, en realidad, surge del bipartidismo o de la bipolaridad sistémica. Hoy, habría que hablar de la sexta, habida cuenta de que los populismos se han sumado a los dos primos de Zumosol y son casta pegada al sillón con furor cuasi uterino por lo que de placentero tiene -parece- el poder.
Sin embargo, el mundo de hoy nos sorprende por lo insólito e imprevisto de sus erecciones (de erigir): ha visto la luz el Partido del Amor en Cataluña. Y concurrirá a las elecciones autonómicas de 2021 con la coherencia de asegurar que su único enemigo es el miedo. Esto es, no contempla adversario ideológico. En su ideario, 7 principios fundamentales: generosidad, respeto, cuidado, conocimiento, empatía, responsabilidad y solidaridad. Vamos, una hipotética fuerza digna de atraer a Francesco Tonucci, Howard Gardner o a Álex Rovira. La empatía y los valores al poder.
El Partido del Amor, presidido por un señor apellidado Iglesias (Miguel, en el caso tal), entronca con las más profundas declaraciones filosóficas en torno a su núcleo central. Sólo les falta incorporar a esta formación sin espacios doctrinales, la formulación de San Agustín, cuando incitaba imperativo: "Ama y haz lo que quieras. Si callas, callarás con amor; si gritas, gritarás con amor; si corriges, corregirás con amor, si perdonas, perdonarás con amor".
Su fundador, de hecho, es autor del libro "La fórmula del amor", biología y neurociencia expansivas bajo el lema "Aburre a toda la sociedad", en alusión a la conflictividad inmisericorde e hipócrita de los tiempos de hoy. Sólo les falta que les dibuje su identidad corporativa Eva Armisén, la pintora de la felicidad. Besos.