Opinión
Por
  • JAVIER GARCÍA ANTÓN

El amor, la tercera vía

El amor, la tercera vía
El amor, la tercera vía
P.A.

La tercera vía se ha convertido en El Dorado de la política, en un anhelo que, en realidad, surge del bipartidismo o de la bipolaridad sistémica. Hoy, habría que hablar de la sexta, habida cuenta de que los populismos se han sumado a los dos primos de Zumosol y son casta pegada al sillón con furor cuasi uterino por lo que de placentero tiene -parece- el poder.

Sin embargo, el mundo de hoy nos sorprende por lo insólito e imprevisto de sus erecciones (de erigir): ha visto la luz el Partido del Amor en Cataluña. Y concurrirá a las elecciones autonómicas de 2021 con la coherencia de asegurar que su único enemigo es el miedo. Esto es, no contempla adversario ideológico. En su ideario, 7 principios fundamentales: generosidad, respeto, cuidado, conocimiento, empatía, responsabilidad y solidaridad. Vamos, una hipotética fuerza digna de atraer a Francesco Tonucci, Howard Gardner o a Álex Rovira. La empatía y los valores al poder.

El Partido del Amor, presidido por un señor apellidado Iglesias (Miguel, en el caso tal), entronca con las más profundas declaraciones filosóficas en torno a su núcleo central. Sólo les falta incorporar a esta formación sin espacios doctrinales, la formulación de San Agustín, cuando incitaba imperativo: "Ama y haz lo que quieras. Si callas, callarás con amor; si gritas, gritarás con amor; si corriges, corregirás con amor, si perdonas, perdonarás con amor".

Su fundador, de hecho, es autor del libro "La fórmula del amor", biología y neurociencia expansivas bajo el lema "Aburre a toda la sociedad", en alusión a la conflictividad inmisericorde e hipócrita de los tiempos de hoy. Sólo les falta que les dibuje su identidad corporativa Eva Armisén, la pintora de la felicidad. Besos.