Opinión
Por
  • IGNACIO BRAU PERALTA

Como la piedra que flota

Así se titula una canción de los magníficos León Benavente, define cómo se siente todo progenitor en cualquier lugar del mundo por recóndito que sea cuando va a repetir esa magnífica y estresante experiencia que es la paternidad, siempre con incertidumbre sobre qué bandazos les va regalar el vertiginoso caudal, qué corrientes les van a mover sin remisión y contra qué piedras más grandes y desconocidas chocarán en el difícil camino con el único objetivo de sobrevivir a tamaña empresa.

Si añadimos una pandemia de proporciones bíblicas no cabe si no pensar que en el contexto actual supone una prueba de fuerza tremenda para cualquiera, hoy Martín cumple 5 años y es un magnífico ejemplo del conjunto que más ha destacado en este maremágnum de sensaciones, los niños ha tenido sentido común, sensibilidad, cariño, ternura y, por supuesto, la inteligencia humilde necesaria para darnos lecciones casi continuas que desgraciadamente no aprenderemos.

Afortunadamente, Martín, no estás solo en la aventura que significa crecer, con muchos miedos que vencer y con innumerables sueños por los que pelear con la ayuda de tus orgullosos padres, tu obnubilada hermanita Sonia, tu enamorado yayo y tus ilusionados tíos que tanta alegría y fuerza nos traerán con la pequeña Ana, ánimo valientes.

Pero debo detenerme en tus yayas, la que está deseando poder abrazarte y acariciarte para darte más fuerzas que seguro acabarás necesitando y la otra, que aunque tú eches de menos y hubieras deseado conocer te aseguro que tienes mucho más cerca de lo que crees cuando sonríes, besas a tu hermanita, obedeces incluso a la primera , compartes tu contagiosa alegría, preguntas para saciar tu curiosidad, expresas tu opinión y tus deseos, en todas y cada uno de ellas está tu yaya Sonia presente para arroparte y conducirte por el caudal lleno de amor, sensibilidad e inteligencia que le caracterizaban.