Opinión
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  • Diario del Altoaragón

Conteniendo la respiración

Ha sido probablemente el momento más anhelado del año. El deseo de la primera vacuna era rebatido por quienes se definían como realistas, por expertos que aseguraban que mínimo la mitad del año próximo (también gobernantes) o más fácil en 2022 y, sin embargo, ayer recibieron las primeras dosis en Guadalajara (de toda España), Zaragoza, Barbastro y Teruel en Aragón, además de otros ciudadanos en todas las comunidades autónomas. Es un hito importantísimo, pero no es el desenlace feliz definitivo, tal y como ayer aseguró en la capital aragonesa el presidente Javier Lambán, gesto de discreción y serenidad que también expresaron las consejeras Broto y Repollés, porque en el proceso de vacunación se van a seguir sucediendo contagios, brotes, hospitalizaciones, ingresos en UCI y fallecimientos. Es más, dentro del aluvión de incógnitas que se agolpan desde hace nueve meses y medio, desconocemos la intensidad de la nueva ola a pesar de que los responsables institucionales albergan una cierta seguridad de que, haberla, la habrá, y pondrá en mayores o menores dificultades al sistema hospitalario aragonés y español.

Por eso, todas las personas con raciocinio y responsabilidad nos hallamos ahora conteniendo la respiración. Sabemos que el tiempo juega a nuestro favor, siempre que adquiramos y ejerzamos la consciencia y la conciencia de que nuestra salud y la de nuestro entorno depende de cada uno de nosotros y de toda la comunidad. Quizás un garbeo por las estadísticas y por las imágenes que nos ha dejado la pandemia pueda contribuir a que no perdamos la concentración necesaria, porque de ella depende la protección de todos. Si sabemos salir de la Navidad airosos, sin haber provocado estropicios, el horizonte hacia la primavera será mucho más florido.