Opinión
Por
  • PILAR CALLÉN RAMÓN

Solo el pueblo salva al pueblo

A finales del mes de noviembre decía una enfermera de la Unidad de Cuidados Intensivos de un hospital de Zaragoza en un medio de comunicación: "Estas navidades ustedes estarán 4, 6, 10, 25 los que quieran juntarse, porque como ya vemos todo el mundo se lo salta a la torera… Y yo estaré aquí el 25 de diciembre por la noche, yo y todos mis compañeros, el 24, el 31, y los señores políticos también estarán en su casa, y los señores gestores también".

Esta enfermera dijo también: "Señores, cuídennos porque si no, no sé quién les va a cuidar a ustedes; no somos robots, estamos agotados, tenemos problemas para dormir y no libramos". Declaraciones impactantes que nos deberían haber hecho reflexionar. Pero no, todo lo contrario. Quienes nos gobiernan aquí o allá a través de sus decretos y órdenes confusas, de su caos organizativo, de sus grandiosas iluminaciones en las calles y plazas o de sus invitaciones a celebrar la ilusión de la Navidad, nos tratan como a muertos de hambre que invitan a entrar en la pastelería más grande y sabrosa de la ciudad y cuando estamos dentro nos prohíben comer nada que tenga azúcar. Así sucede y así sucederá: al final sólo nosotros seremos culpables por "falta de responsabilidad individual".

Debemos continuar por quienes están, por quienes nos necesitan y por quienes se fueron, que nos enseñaron a no desfallecer porque una vez más "solo el pueblo salva al pueblo".