Opinión
Por
  • JAVIER GARCÍA ANTÓN

Libertad es la palabra

Libertad es la palabra
Libertad es la palabra
S.E.

Hemos convertido, sobre todo los periodistas, Fundeu en una herramienta imprescindible. Una especie de "biblia", como antes se le denominaba a El País y su libro de estilo. Un tirano. Soy bastante negacionista de algunos de los paradigmas establecidos por la Fundación. Cuando leo que incorporamos "webinario" a ese lenguaje sobre el que la Real Academia juró limpiar, fijar y dar esplendor, me asaltan más sarpullidos que por el contacto con las ortigas.

Con muy poca originalidad y escasa reflexión, ha elegido confinamiento como "palabra del año". Es el remate. Bien es cierto que el comité de selección se cubrió de gloria, al elegir entre la distinguida y coronavirus, infodemia, resiliencia, COVID-19, teletrabajo, conspiranoia, tiktok, estatuafobia, pandemia, sanitarios y vacuna. Todo asociado a la tragedia mundial y patria, la práctica totalidad deprimentes. Quizás, si se hubieran ejercitado en la inteligencia emocional y la empatía, podían haber levantado el ánimo en un canto a la libertad, que es la que realmente ha sido resistente y la gran sacrificada.

Sólo en su nombre y por reconquistarla, ha merecido la pena soportar todas las reclusiones y los ataques que, entre el virus y las buenas y las malas decisiones en torno al bicho, hemos soportado. El imprescindible resarcimiento por las cadenas que han padecido derechos elementales hubiera requerido una oportunidad. Lennon la pidió para la paz. Yo para la libertad. Como le dijo el rector Robert Radiger al profesor François en "Sumisión" de Houllebecq, el hombre es un animal, pero no un perrito de la pradera, ni un antílope. Lo que le garantiza su posición dominante en la naturaleza no son las garras, ni los dientes, ni la rapidez de su carrera; es ni más ni menos su inteligencia.