Opinión
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  • Diario del Altoaragón

Sin guion, en la barra de equilibrios

El alcalde de Huesca, Luis Felipe, asegura que la toma de decisiones de los últimos meses, de forma casi unívoca dirigida a contrarrestar los efectos brutales de la pandemia, ha sido difícil porque no hay guion ni experiencias previas. Similar es la declaración del presidente del Gobierno de Aragón, Javier Lambán, que en su frase más hiperbólica pero real asegura que el ejecutivo se está dejando la piel para evitar males mayores. Tal es el grado de frustración que genera una situación tan compleja como la que hemos vivido, y es que ni la aplicación de todos los recursos disponibles garantiza un resultado positivo proporcional al esfuerzo.

Ser gobernante en condiciones adversas puede resultar exasperante, sobre todo si el balance de cada una de las etapas está determinado por aspectos sobre los que el control es punto menos que imposible. Y, sin embargo, una coyuntura como la actual es la que perfila la verdadera integridad de los gestores, que ha de comenzar por la humildad para pedir disculpas por la comisión de errores, involuntarios siempre en quienes albergan esa virtud, conscientes de que haberlos, haylos. Y de que habrán de ser los ciudadanos, en su supremo juicio, quienes valorarán si el peso de los aciertos supera las consecuencias de las equivocaciones.

Bien es cierto que, a su vez, los líderes han de ser sinceros, que es un valor que demuestra respeto a la madurez de la sociedad, para reconocer que la dureza del escenario obliga incluso a una circunstancia tan excepcional en democracia como es la de recortar las libertades. Y, con la misma visión que se presupone al dirigente, ha de tener tino y firmeza para levantar las cadenas impuestas por la realidad en un camino sólido hacia la normalidad. Que no es nueva, sino vieja.