Tanto el gobierno de España como los gobiernos autonómicos están inmersos en la feria de los presupuestos.

Millones y más millones, que llenan las páginas de los periódicos nacionales, autonómicos y locales, sobrepasando siempre el techo de gasto permitido.

Hay un pensamiento muy antiguo que dice, "de lo mucho falto y de lo poco sobro".

Aragón anuncia que superará los 6.000 millones de presupuesto, el más alto de los últimos cuarenta años, una gran tarta económica para repartir entre 1.250.000 Aragoneses.

Si las matemáticas no fallan a cada Aragonés le pertenece 4.800 euros, que ha de recibir en servicios.

Como la sanidad, la educación, la seguridad, gasto social, agricultura y ganadería, gastos de gestión y migajas sueltas para acallar el gallinero.

Parece ser, que todo encaja en esta gran fiesta económica, pero queda una gran laguna sin resolver y que no conocemos con exactitud. ¿Quién paga la orquesta en esta orquesta que desconocemos quién lleva la batuta para que las notas no sean malsonantes, ante una sociedad rota por la pandemia y también por la economía.

De nada nos servirá el tener un gran botiquín repleto de medicamentos, si nos falta el fármaco que nos cure este desorden.

El dinero es un gran botiquín, pero hay que saberlo utilizar, no malgastar. Me llega a la mente la parábola de los talentos. ¿Cuánto dinero de los 6.000 millones enterraremos y quemaremos, sin ningún beneficio para Aragón y para miles de aragoneses Estamos viviendo desorientados con noticias macroeconómicas, que nada tienen que ver con la economía doméstica de cada día, de cada mes, de cada hipoteca, de cada letra del tractor de la cosechadora, de la furgoneta o camión. ¡Lo había olvidado, ahora son plazos, no son letras! A esta masa social de hombres y mujeres, que madruga, que sufre con infinidad de pagos injustos y lucha por pagar lo que debe, ¿qué opinión tendrán de los 6.000 millones Presupuesto de Aragón (998.316.000.000 millones de pesetas), novecientos noventa y ocho mil trescientos dieciséis mil, millones.