Opinión
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  • Diario del Altoaragón

El demoledor y ficticio incremento del paro

Las estadísticas del Servicio Público de Empleo Estatal arrojaron ayer un jarro de agua fría sobre las perspectivas edulcoradas desde organismos oficiales que son corregidas tanto por entidades independientes como la propia realidad. Los 23 puntos de incremento interanual del desempleo en España (hasta 3.888.000, 724.000 más) se quedan cortos comparados con los 25 de Aragón (82.365) y los 41,7 de la provincia de Huesca (11.755, 3.460 más que al acabar el ejercicio 2019). En una certera reacción la confederación de empresarios de Aragón ha estirado la visión con los autónomos que han solicitado prestación extraordinario y las personas en ERTE, que llevarían el cómputo a más de 110.000 ciudadanos en tan desesperante circunstancia. El brutal avance del paro entre las familias altoaragonesas se explica por la gran dependencia de nuestro territorio del sector Servicios, que le dota de una gran vulnerabilidad estructural y específicamente en las dificultades actuales.

Está tan herida la economía oscense, aragonesa y española que de nada sirve poner paños calientes ni estupendas frases propagandísticas. La realidad es que el tejido empresarial está tan severamente azotado que una buena parte no se sostiene en pie sin una combinación certera y rigurosa de ayudas directas, de cambios en la fiscalidad y de una mayor fluidez burocrática, responsabilidad que pesa sobre unas administraciones cuya puesta en marcha de planificaciones estratégicas se ha mostrado insuficiente en el corto plazo y requerirá poner unos cimientos sólidos si se pretende que haya una reacción en el medio. Otra cuestión es que, además, los ciudadanos hemos de extremar la protección para que la crisis sanitaria no suponga una quiebra sin retorno rápido en la economía. Nos lo jugamos todo en un entorno hostil.