Opinión
Por
  • PEDRO CALVO HERNANDO

¿Hasta dónde los "irresponsables"?

¿Hasta dónde los "irresponsables"?
¿Hasta dónde los "irresponsables"?

Las navidades han sido una etapa de incertidumbre y de repetición de las hazañas de los bautizados como "irresponsables" por algunos medios informativos. Al cabo de diez meses ya era hora de que los así llamados ya no hubiesen aparecido en escena para meter tanto la pata y repetir su opción por un comportamiento absolutamente impropio de seres inteligentes o civilizados, como queramos decir. Organizar, por ejemplo, esas fiestas multitudinarias, con lo que estaba y está cayendo, es algo que yo tiendo a interpretar como producto de una mezcla de sentimientos y de deseos efectivamante irresponsables pero también políticamente intencionados y peligrosos para la normalidad política de este país.

Esto que digo ya sé que no se podría jurar pero seguro que si asegurar, pues de lo contrario solo les quedaría a los tales la opción por la mentecatez, aunque eso es en todo caso preferible a la opción por la intencionalidad política de cambiar la situación que mucha gente ataca por activa y por pasiva, pero, eso sí, sin responsabilizarse de nada, sin reconocer ninguna intencionalidad fuera de sus apariencias limpias de polvo y paja. Y todavía no se entiende esa pretendida ignorancia de que sus actuaciones producen unas consecuencias nefastas para los españoles... pero también para ellos mismos, cosa que otro día diré si ya lo he comprendido o no...

Porque explicarlo es muy difícil y a veces solamente queda la salida de "explicar la explicación" con la mente puesta en no se sabe dónde, aunque se sospecha. Lo horroroso de lo que digo es que no veo de momento el camino que conduzca a esas gentes a abandonar esa postura, aunque se sepa con toda seguridad que esos comportamientos conducen sobre todo a una especie de suicidio anticipado, pero no solamente suicidio, ya que puede entrar en el terreno del homicidio. ¿Homicidio cosciente y deseado? Pues no puedo saberlo, y no soy partidario de invenciones horribles. Al menos por el momento. Más tarde, no sé cuánto, quizá sí, aunque desearía equivocarme absolutamente, por razones obvias.

De lo que estoy seguro es de que son los partidos políticos los que, de modo cosciente o no, entran en el terreno de la responsabilidad, ahora que hablamos de "irresponsables". ¿Pero qué partidos? Pues la cosa parece clara, aunque soy el primero en lamentarlo. Someto al lector a un ejercicio de adivinación, algo que a nadie le viene mal, sobre todo si desde un principio se siente cariño por los ejercicios de adivinación, de los que tan necesitados estamos. Por este camino quisiera uno que la caminata condujera políticamente a un examen de conciencia de todos, porque la cosa lo merece o lo exige, pues cuando escribo esta columna la situación sigue siendo horrible y nada asegura que no lo siga siendo, incluso más. Pido a todo el mundo que medite con seriedad y convicción, para que salgamos de ésta entre todos.

Lo que escribo lo hago, al menos esta vez, para ayudar a que las cosas -horribles- cambien, y para ello es preciso tomarse el trabajo de proponérselo de verdad, empezando por el esfuerzo de convicción de la "horribilidad" de las cosas a que me refiero y que tienen que ver directamente con la vida y con la muerte, pero no de unos cuantos mortales, sino de muchos. Es una llamada en serio a los políticos y a los partidos, también a los ciudadanos en general, para que se acerquen del todo a la realidad de lo que sucede y ayuden así a remediar el drama. Así será más fácil salir de esta situación en que estamos, sin lo cual nadie sabe a dónde podría conducirnos. Lo digo totalmente en serio.