Opinión
Por
  • JAVIER GARCÍA ANTÓN

León Buil y el bisonte

León Buil y el bisonte
León Buil y el bisonte
EFE

Aunque crean que es una asincronía, el libro póstumo de León Buil Giral "Ideología y Praxis de los Populismos" cava sus raíces en febrero de 1992, con los 50 intelectuales que elevaron en París la enseña de la lucha contra el populismo, presididos por François Mitterrand. El gran político y pensador oscense extrajo seis conclusiones: la movilización a través de ideas-fuerza emocionales con sentimientos colectivos de autoafirmación; su irrupción en fases de crisis de sistemas; su apuesta participativa para romper el poder instituido a través de partidos políticos; el nacionalismo de intensidad diversa con autarquía económica y sobrevaloración de recursos propios; la desnaturalización de las ideologías cuando acceden al poder; y el camino, desde supuestas doctrinas de izquierda y derecha, hacia la conculcación de los derechos humanos y el hostigamiento a las fuerzas opositoras. El gran riesgo, concluye Buil Giral, estriba en la cesión de las formaciones tradicionales a la tentación fácil en huidas hacia delante. León estimaba que el populismo reaccionario gana batallas cuando el individualismo posesivo avanza.

Podemos caricaturizar el cornúpeta youtuber en el Capitolio. Anteanoche, se me aparecía Trump como jefe de la centuria que crucificaba a Cristo, el inquisidor Torquemada, el pirata más truculento, como "Gestapo Muller" o el director de la policía secreta de Stalin. Pero la realidad es que, como el destino, el populismo está a la vuelta de la esquina, y se enmascara en la izquierda y en la derecha, y rodea o asalta congresos, invade Parlaments y se apoya en el más sectario aparato propagandístico. Y, si no hay reflexión, la manada de bisontes mata la libertad.