Opinión
Por
  • Diario del Altoaragón

Proteger y proteger

Al final, en muchas facetas de la vida los ciudadanos nos enfrentamos con ese patrimonio adquirido que es la cultura, término que viene de cultivar, de cuidar del campo o del ganado, y de proteger. Nuestra capacidad de protección y autoprotección se consolida cuando hemos sido capaces de entender que hemos de aprovechar todos los valores que hemos aprendido para evitar poner en riesgo nuestra integridad física, emocional o psíquica. Cuando el ministro Illa asegura que la mejor forma de prevenir es "vacunar y vacunar", se atiene a la mera observación y la aplicación del sentido común. Por supuesto, las dosis que quieren preservar la vida evitando contraer la enfermedad entendida como un factor de riesgo contribuyen a consolidar nuestras opciones de no vernos afectados, en este caso por el coronavirus.

Pero existe una faceta que nos ocupa y nos preocupa durante las últimas jornadas que es la irrupción de la borrasca Filomena, que está invadiendo con su nieve y sus temperaturas gélidas la práctica totalidad del territorio nacional, y ante la que, paradójicamente, existe menos temor que en otros fenómenos de estas características porque la movilidad, a causa de la pandemia, se ha restringido notablemente.

Más allá de que Filomena va a coadyuvar a nuestro efectivo confinamiento, nunca está de más reclamar prudencia en aquellos ciudadanos que cojan el coche y se lancen a la carretera, porque la dificultad vial demanda ser precavidos y conocer la palanca metafórica de la marcha atrás cuando la circulación se pone en ese punto en el que lo más sabio es renunciar a los desplazamientos y quedarse en casa. También es cultura, en este caso de la seguridad, y todo llega a través de la adquisición de los hábitos en los que influye la sensatez. Así que apuremos el grado de cordura.