Opinión
Por
  • PEDRO LOSCERTALES (ALCALDE DE CASTELFLORITE)

Los agricultores y la colaboración con las administraciones en situaciones complicadas como la borrasca Filomena

La borrasca Filomena ha puesto una vez más en valor el carácter altruista y la voluntariedad de los ciudadanos del mundo rural. Y, como ocurrió durante el confinamiento, los agricultores de nuestra provincia han jugado un papel esencial.

Desde el primer momento, y como viene siendo habitual, los que vivimos en el mundo rural estamos comprometidos con nuestro territorio. Los agricultores de la provincia han estado a la altura una vez más, acompañando a las administraciones públicas, trabajando codo con codo con ellas, intentando aportar su grano de arena para superar los problemas como los generados por fenómenos meteorológicos como la borrasca que durante el fin de semana cubrió con un manto blanco toda la provincia.

Como socialista y agricultor que soy, estoy orgulloso de cómo mis compañeros se han puesto a disposición de los municipios y de las diferentes administraciones para completar los servicios de retirada de nieve en accesos a núcleos urbanos y vías de comunicación. Todo ello con un único criterio: garantizar el interés general.

Durante todo el fin de semana hemos podido ver imágenes de grandes ciudades, y sobre todo Madrid, donde los recursos invertidos, tanto materiales como humanos, han sido ingentes.

En el mundo rural, en nuestra provincia, el esfuerzo también ha sido tremendo, en colaboración con la administración local, provincial, autonómica y del Estado, pero siendo conscientes de que la dispersión de población, por la gran cantidad de núcleos existentes, dificulta poder resolver todos los problemas generados en un corto espacio de tiempo.

Sin embargo, de nuevo en nuestra provincia ha destacado por encima de todo la cooperación ciudadana, viviendo momentos muy complicados y de los que aún hoy sufrimos las consecuencias, con dificultades debido al hielo que ha traído consigo la bajada de temperaturas.

Los agricultores, con sus tractores y diferentes aperos, hemos complementado el esfuerzo que ha hecho la administración, para llegar a todos los rincones, abriendo paso para evitar que nadie se quedara aislado, ayudando con la sal, distribuyéndola en carreteras y caminos, así como en todo aquello que se nos ha pedido.

Es para nosotros una implicación habitual, porque somos los primeros en cuidar de nuestro entorno. A diario nos dedicamos a cuidar el medio ambiente, acción que es intrínseca a nuestro quehacer diario.

Ahora vendrá el siguiente paso. El de comprobar cómo quedan, a consecuencia de la borrasca, las infraestructuras agrícolas y ganaderas, los caminos, etc. Y ahí, de nuevo, estaremos volcados con la administración, fundamentalmente la local, que es la que se implica más en este día a día por la proximidad con el ciudadano. Son, al fin y al cabo, las que mejor conocen nuestras necesidades.

Porque como agricultor, estoy convencido de que nuestro mundo rural tiene futuro, cuenta con posibilidades, pero solamente podrá salir adelante si hay un compromiso como colectividad con nuestro territorio y con sus gentes. Las administraciones locales, la tienen. Y sus habitantes también.

Pero a la vez nos falta quizás creernos esa agricultura de proximidad, esa agricultura que impulsa empresas locales y genera una actividad económica tremenda en el ámbito local, que apuesta por la sostenibilidad de los territorios y que, por tanto, cree en el asentamiento poblacional. Creer en esa agricultura y ganadería que a la vez es el germen de un sector pujante como es el de la agroalimentación en nuestra provincia.

Mantenernos unidos es la única manera de que el mundo rural, tal y como lo conocemos, siga dando pasos hacia el futuro.