Opinión
Por
  • ANTONIO NADAL PERÍA

Los turnos

Fernando Simón avisa de que no juzga a nadie, pero reprocha que quizás hemos vivido unas Navidades más relajadas de lo que debíamos. Hubo de todo, muchos que sí y muchos que no; pero, como siempre, pagan justos por pecadores. En cuanto al remedio contra el coronavrus, ya tenemos vacunas pero se dispensan con cierta lentitud y tras las primeras dosis, en espera de las segundas, han aparecido nuevos brotes en los ya vacunados. El Vaticano será el primer Estado del mundo en inmunizar a toda su población. Eso resulta fácil porque sólo habitan allí 4.730 personas y disponen de 10.000 vacunas fabricadas por Pfizer. Un país tan pequeño es muy manejable, no así cuando se cuentan por millones sus habitantes. Ahora se duda en el Vaticano a quiénes vacunar en primer lugar. Se supone que el Papa Francisco y el Papa emérito, por su categoría social y su edad, deberían ser los primeros en recibir la vacuna, pero se ha publicado que Francisco querría dar prioridad a la Guardia Suiza, y al personal médico y sanitario. Otra posibilidad es que la reciba en primer lugar Benedicto XVI, dada su edad de 93 años. No hay duda de que corre más peligro el Papa que ejerce por su contacto con los fieles que el Papa emérito que reside en un monasterio. A ver si sucede que con el "usted primero" se retrase la administración de la vacuna para unos y otros. Se consideran demostraciones de buena educación dejar pasar o sentarse en lugares públicos antes a señoras y a ancianos o aplicar la consigna "las mujeres y los niños primero" según las situaciones. Se critica que hoy se han perdido los buenos modales como saludar al entrar en un recinto, dar las gracias, pedir por favor, ceder el asiento a quienes lo necesiten, quitarse el sombrero o el gorro en un espacio cerrado. En el caso de la vacunación, aquellos que ceden el turno a otros no lo hacen por cortesía sino porque no se fían de las vacunas y prefieren comprobar las reacciones y los resultados en los vacunados. El protocolo para vacunarse contra el coronavirus no se atiene a la regla de urbanidad de las mujeres y los niños primero, sino que tiene en cuenta la edad avanzada y la mayor vulnerabilidad. Es de suponer que el mayor número de reacios a vacunarse se encuentre entre la población joven, pero nadie está inmunizado por sí mismo. No creo que estén por la labor de "pedir la vez".