Opinión
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  • Diario del Altoaragón

Otra vuelta de tuerca

Ha dejado claro el Gobierno de Aragón que un confinamiento domiciliario como el de marzo pasado no es necesario, a pesar de que hay comunidades autónomas que solicitan al ejecutivo central medidas análogas a aquellas de las que se cumplen diez meses. Eso sí, ayer anunció un mes con una vuelta de tuerca en cuanto a horarios, aforos y otras medidas con objeto de contener la hemorragia de contagios consecuencia de una desafortunada política de cara a las pasadas fiestas navideñas y de la irresponsabilidad de no pocos ciudadanos que sumaron a la prodigalidad de las instituciones -insistimos, encabezadas por el gobierno español que definió las pautas- una liberalidad exacerbada y temeraria.

Si gobernar en tiempos revueltos siempre se envuelve en riesgos por los efectos de cada acción, en esta pandemia (que, por el desconocimiento de un fenómeno inédito, se mueve con la dinámica prueba-error, prueba-acierto) todo conduce a un terreno fangoso en el que las arenas movedizas pueden absorber todas las buenas intenciones. Nos hallamos en un momento crítico en el que el desconcierto de las administraciones durante meses alcanza un cierto clima de ansiedad porque la irrupción de las vacunas nos aporta la sensación de que podemos estar tocando con los dedos el principio del fin de esta pesadilla. Así lo han proclamado responsables sanitarios aunque la diligencia no ha acompañado los anuncios. Esta enésima disposición que afecta a la libertad de movimientos debiera lindar el escenario definitivo en el que, por fin, sea posible la complementariedad entre salud y economía porque, de lo contrario, los perjuicios no sólo para la sanidad sino especialmente para el Estado de Bienestar serían absolutamente terroríficos. El margen se estrecha y todos hemos de aportar.

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