Opinión
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  • Diario del Altoaragón

Superar el objetivo de la supervivencia

Si Pablo Castán expuso la trascendencia de una reacción rápida y coordinada frente al actual estado del Pirineo, Modesto Pascau enumeró el póquer que ha de definir la hoja de ruta para las comarcas, valles y pueblos de la cordillera: la preservación medioambiental, el uso sostenible de los recursos naturales dando visibilidad a actividades como la ganadería extensiva, el desarrollo socioeconómico sensible con el hábitat y la existencia de unos servicios mínimos. El objetivo fundamental es conseguir que los habitantes de estos núcleos tengan que librar una batalla constante por la supervivencia. Esto es, que hay que dar un salto adelante hacia otra etapa en la que la resistencia dé paso a la resiliencia, al avance, a la búsqueda de soluciones audaces que produzcan una armonización en las oportunidades con cualquier territorio de nuestra comunidad y de nuestro país.

En realidad, la práctica totalidad de los participantes en la Mesa Pirenaica que se reunió ayer con el Gobierno de Aragón pretenden una gestión que deje atrás las carencias seculares de estos espacios que han desembocado en unas graves consecuencias para el medio ambiente y también para el territorio con las personas en la primera línea de las prioridades. Para emprender un plan que debiera contener una visión estratégica, es imprescindible asimilar una cultura de equilibrio entre la naturaleza y el ser humano, complementarios y mutuamente enriquecedores, hasta el punto de que si una de las dos partes se debilita quedará en dificultades la otra. Los vecinos del Pirineo han de disfrutar de las condiciones apropiadas para desarrollar una calidad de vida digna con la que seguir su papel de guardianes, de pastores y de gestores de su entorno. Sólo desde este punto de vista se puede garantizar la sostenibilidad.