Opinión
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  • Diario del Altoaragón

La apuesta por los regadíos

No existe doctrinarismo que merezca la pena escuchar cuando no contempla máximas vitales como aquella de que, con las cosas de comer, no se juega. Se puede aplicar este aforismo a muchísimas polémicas que hoy están sobre la mesa, donde presuntas ideologías no pueden sobrepasar los más elementales principios para la comunidad. Otra cuestión es que, en aras de la pluralidad, la manera de ejecutar cualquier realización haya de ser debatida para optimizar los recursos y minimizar las afecciones. El presidente del Gobierno de Aragón, Javier Lambán, anunció ayer la convocatoria de 30 millones de euros para la modernización de regadíos dentro del programa de Desarrollo Rural. Más allá de la polémica en torno a infraestructuras concretas, los regantes han de ser considerados una parte fundamental dentro de la cadena para la alimentación de las personas. Primero, porque de sus fértiles campos emanan los productos para la nutrición no sólo de nuestro territorio, sino de muchos otros espacios. Conviene recordar que Aragón suministra alimentos para doce millones de personas, esto es, diez veces su propia población, lo que le convierte en una comunidad competitiva y con un potencial enorme. Segundo, porque estos profesionales no son beneficiarios de privilegios, sino que realizan un extraordinario esfuerzo para poner a punto sus explotaciones con una permanente adaptación e inversión para la instalación de los riegos.

Podemos obviar un tercer motivo que es nuestra propia cultura enraizada en nuestros antepasados. Pero en lo que hemos de centrarnos es en una realidad: somos realmente buenos produciendo alimentos de calidad. Y las fortalezas conviene consolidarlas con empatía y con acompañamiento tanto institucional como social. Fuerza a los regantes. Los necesitamos.