Opinión
Por
  • ANTONIO VALDÉS PALACIO

Un órgano de control para las administraciones públicas

Hasta ahora se está produciendo a nivel nacional un despilfarro del dinero de las competencias de las administraciones públicas para realizar obras. Se está tirando el capital por la borda al hacer infraestructuras carentes de rentabilidad y socialmente sin ningún aprovechamiento.

Un ejemplo se ha dado en los ayuntamientos con los consultorios médicos, que por no hacer un ascensor en el edificio antiguo se ha construido otro ayuntamiento. Esto no puede ser. Hay que pensar con la cabeza y evitar tirar el dinero de esta manera. En una situación de crisis como la que vivimos, es necesario gastar en fines sociales y en infraestructuras imprescindibles. Pero lo peor de todo este planteamiento es el tema de los concursos en las obras públicas. Se presentan diferentes presupuestos y se opta por el más bajo. ¿Qué pasa después Las empresas adjudicatarias, una vez logrado su objetivo, que era coger la contrata, empiezan la realización y, cuando llevan construido un 60 % aproximadamente, dicen que se les ha ido de las manos y que necesitan más capital. Lo peor de todo es que las administraciones públicas acatan las decisiones y se les apoya. Esto es intolerante, ya que a la hora de la subasta resulta que cualquiera de los pujadores que acudieron a las plicas lo hubiera hecho por menos dinero.

Es imprescindible para acabar con esta situación que se cree un órgano de control a nivel nacional que impida estas malas prácticas y obligue a la realización de las obras por la cantidad que se ofertó. Aunque vayan a pérdidas, se tiene que acabar con esa picaresca de pujar por debajo de lo normal y "luego ya lloraremos a la administración para que nos den más presupuestos". Por otro lado, en lo que respecta a la realización de infraestructuras, esta institución estudiará si son necesarias o no, e impedirá que se lleven a cabo obras faraónicas sin ningún sentido ni finalidad. Si no nos hacemos cargo de la importancia de la creación de este ente, nuestro país se tambaleará económicamente por el despilfarro que hasta ahora se ha llevado a cabo y es necesario atajarlo de raíz.