Actitudes frente a la pandemia

Hace unos días tuve la satisfacción de asistir a una conferencia sobre la peste del siglo XIV que asoló a todo el mundo, con unas consecuencias apocalípticas, por el gran número de muertos que se registraron, solamente en Europa murieron más de 25 millones. De la magistral exposición del conferenciante, me llamó la atención, como frente a este episodio tan trágico, hubo reacciones de todo tipo, a saber: un grupo de personas cayó en la desesperación, y al percibir que todos iban a morir, se entregaron a una vida de despilfarro y orgías, otros se aferraron a sus creencias religiosas, acrecentando su vida interior y de servicio a los demás, hasta el punto de que en comunión con otros hermanos en la fe, crearon Hermandades para atender a los pobres, curar a los enfermos o enterrar a los muertos. A la vista de lo dicho, y guardando las distancias de la perspectiva en el tiempo, pienso que no es muy descabellado pensar que en la pandemia que estamos sufriendo se dan ciertas similitudes a lo acaecido en la Edad Media, dado que si bien por una parte vemos casos de irresponsables que, desoyendo las recomendaciones y normativa para evitar los contagios, se echan a la calle sin ninguna precaución, organizando fiestas y botellones, otros, desde un concepto de insolidaridad ciudadana, con justificación o sin ella, se saltan el turno de vacunación establecido, y por último hay quien, en estos momentos de zozobra y desesperanza, aprovecha para fortalecer su vida interior y se entrega a los demás, prestándose voluntario en los distintos servicios de ayuda a los más necesitados.