Opinión
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  • Diario del Altoaragón

La sana y sostenible actividad de la pesca

Una de las actividades que quizás tiene menos contraindicaciones para su práctica en la pandemia es la de la pesca, si bien estos deportistas, que se cuentan por miles en los ríos altoaragoneses, son comprensivos con una situación general que les ha golpeado de lleno en sus aspiraciones. El contacto con la naturaleza constituye uno de los ejercicios más recomendables para el ser humano, ajeno a los ataques de los patógenos, salutífero cuando se desarrolla con toda la seguridad y, en el caso que nos ocupa, aconsejable para relajarse e inspirar un equilibrio mental, anímico y físico frente a los estándares de un ritmo existencial galopante.

La Federación Aragonesa de Pesca saluda, además, la publicación del Plan General de Pesca en nuestra comunidad, tan poco invasivo que las modificaciones han sido mínimas y, por tanto, esa estabilidad favorece tanto su conocimiento como su cumplimiento. No tiene sentido acometer grandes transformaciones cuando la inmensa mayoría de los pescadores acuden con el espíritu de disfrutar de este edificante deporte sumergidos en un medio ambiente fascinante que cuidan con muchísimo esmero. Casi todos devuelven a las aguas inmediatamente las capturas. Los cauces de nuestra provincia son tan atractivos que concitan la presencia de visitantes de distintas provincias, encandilados por la belleza de los parajes y la plenitud en el potencial de la pesca. En su favor, la repoblación merced al buen trabajo en piscifactoría que consigue ejemplares que se adaptan al hábitat con armonía.

La pesca se convierte, además, en una oportunidad turística consolidada pero creciente, y la administración y el órgano federativo han de incidir en un diálogo permanente para no perder su privilegiada condición de un destino muy deseado.