Opinión
Por
  • JAVIER GARCÍA ANTÓN

No os sintáis culpables

No os sintáis culpables
No os sintáis culpables
S.E.

No me gustaría que, en el examen de la historia, este convulso periodo dictara que, como escribió Ramón J. Sender en Los Cinco Libros de Ariadna, todos somos culpables de lo que está pasando en España (él se refería a la Guerra Civil), "unos por tontería, otros por maldad". Y añadía que unos por acción, otros por omisión.

Me explica por wasap un ilustre restaurador de esta provincia que siente cierta vergüenza por tanta convocatoria de movilizaciones, como si hubiera un cierto abuso de confianza para pedir a los oscenses que les apoyen. Hoy, en Aínsa, Biescas, Castejón de Sos y Jaca. Le contesto que por nada del mundo han de asumir semejante sentimiento. Y que, si asoma, obedece a la machacona proliferación de mensajes que desde los poderes atizan, como los altavoces del Mundo Feliz, frente a cualquier discrepancia social. El Centro de Incubación y Condicionamiento de Huxley ha reconvertido el "comunidad, identidad, estabilidad" por "seguridad, sanidad, libertad", sometidas a un monolitismo feroz en lugar de un debate feraz.

Y, así, hostelería y turismo se han visto involuntariamente clavados en el centro de la diana, cuando pocos ciudadanos combaten tan activamente los patógenos como los profesionales que con la casaca y el mandil, la bandeja y otros utensilios se han acompañado de hidrogeles y mascarillas sin un minuto de descuido. Y además son los policías que advierten a los clientes de sus deberes. Eso sí, con una sonrisa que convence más que una admonición. Protesten, amigos hosteleros, si lo estiman porque en su grito preservan sus habichuelas, las de sus empleados, la economía y nuestra cultura. Sin complejos. Su SOS no es mendicante, sino un rayo de dignidad.