Opinión
Por
  • JAVIER GARCÍA ANTÓN

Carlos y La Influencia

Carlos y La Influencia
Carlos y La Influencia
EFE

Confío en que Petón, que dirige el programa La Influencia en La Cope, llame un buen domingo a protagonizarlo a su primo Carlos López-Otín. Necesitamos referentes como Carlos, que atribuye a la ciencia el sentido del fin social, anclada en disciplinas como la economía, la física, la filosofía, la astronomía, la mitología, la antropología y la química. La entrevista de Myriam Martínez de ayer es una joya del pensamiento. López-Otín es el continuador legítimo en la investigación y en la concepción existencial de Santiago Ramón y Cajal, y como tal merece un Nobel. Y, si no se lo dan, la Academia se lo perderá.

El catedrático, que ha alumbrado líneas de descubrimientos sobre cáncer y envejecimiento, es un evangelizador vanguardista de la observación y el estudio de la vida y de la humanidad. A golpe de horas y de reflexión. Hoy, "prima lo urgente, las respuestas a corto plazo, los planes minúsculos o interesados y no se distingue bien qué es lo verdaderamente importante. Se echa de menos la concesión de más espacio y más respeto a quienes quieren pensar en global, mirar lejos, reflexionar sobre el futuro de las nuevas generaciones".

Alumbra su segundo libro, "El sueño del tiempo", tras el fascinante "La vida en cuatro letras". Una invitación a conocer para conocernos, a poner el foco sobre nosotros y sobre lo que nos rodea, a trascender después de entender, a hacer y hacernos preguntas. Entre lecturas, entre la música, entre la vocación renacentista, hila su sabiduría Carlos López-Otín.

Y, de paso, me trae el discurso de Víctor Hugo en 1848 ante la Asamblea constituyente, frente a los recortes en ciencia y cultura en el que alertaba del gran peligro de la cicatería: "La ignorancia, aún más que la miseria". Dejémonos influir.