Más paz y felicidad

El hombre ha escalado las más altas montañas, atravesado los más extensos desiertos, las selvas más densas y los desolados confines polares, y ha penetrado también en lo más hondo del océano. Y en este mundo en que vivimos, teatro de la historia humana, con sus afanes, fracasos y victorias, aún no hemos encontrado la paz y la felicidad, porque no nos llena del todo el alma de gozo las cosas de la tierra. Así que seguimos añorando el paraíso perdido por culpa de Adán y Eva, carne de nuestra carne.

Más paz y felicidad podríamos alcanzar si los hombres dejásemos de hacernos mal unos a otros. Y no solo entre nosotros, también no hacer el mal a los animales y al medio ambiente. El ser humano, en su avance, está destruyendo áreas naturales, extinguiendo especies de plantas y animales, contaminando el mar, el aire, el suelo y las aguas.

Sí, hacemos el mal al maltratar a otras personas, al robarles sus bienes, al matar al prójimo, y hacemos mal con la mentira, el odio, la soberbia...

Por ser personas libres somos responsables de nuestros actos y, un día Dios creador nos preguntará, como lo hizo con Adán y Eva: "¿Qué es lo que has hecho " (Génesis). Así que por nuestros malos hechos seremos juzgados sin escapar a la justicia divina, y no como aquí que algunos no son castigados por sus delitos. Y es una gran insensatez hacer aquí en la tierra el mal, pues nadie nos librará del Tribunal Supremo de Dios justo juez.