Opinión
Por
  • PEDRO CAMARERO

Hoy he recibido carta de un ministro

Comienza presentándose "Mi nombre es José Luis Escrivá" y me informa, en su calidad de Ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, me hace partícipe, dice, de que pese a lo duro que ha sido el pasado año, mantienen el compromiso de que los pensionistas no perdamos poder adquisitivo.

Gracias señor Ministro.

Solo le ha faltado decirme si el importante incremento me aconseja invertirlo en un depósito bancario, un fondo de inversión o en bolsa.

Me adjunta un detalle de la revalorización, para que lo entienda mejor. Debe de pensar que no somos capaces de calcular el 0,9% de incremento. Ridículo, lo uno y lo otro.

Lo cierto es que lo que me hubiera gustado es recibir otra de su colega, la ministra de Hacienda, indicándome que habían considerado la incoherencia de que los pensionistas tributemos en IRPF como rendimientos del trabajo, o que los rescates mensuales de los planes de pensiones dejan también de hacerlo, por idénticas razones.

No son rendimientos del trabajo, ni la pensión ni los rescates de los planes de pensiones, esos que durante años nos aconsejaban suscribir para complementar las pensiones y que ahora, sin ningún pudor, nutren las arcas fiscales y al hacerlo incrementan también el tipo impositivo por la suma con la pensión de jubilación.

Por mí se pueden ahorrar cartas como la recibida, que también supone un gasto innecesario. Son más de 8 millones de cartas, ¿para qué Mientras los pensionistas tributamos por la pensión y por los rescates de los planes de pensiones, los diputados no tributan por 1/3 de su salario, ni por sus dietas, ni por las ayudas para vivienda a los que no son electos por Madrid, aunque tengan vivienda propia en la capital, y eso es más de 1.800 € al mes. Vamos que, en un alarde de ejemplaridad, los señores diputados no cotizan fiscalmente, la mayoría, por más de 3.500 € mensuales, que quedan totalmente exentos.

No han reducido sus ingresos en la pandemia, pese a que muchos de ellos no asistían a plenos y por tanto no estaban en Madrid, no han renunciado a ninguno de sus privilegios y nos quieren hacer creer que se preocupan de que no perdamos poder adquisitivo.

Si de verdad pensaran en lo mejor para el país, habrían reducido esos privilegios, hubieran eliminado miles de puestos de libre elección, con sueldos que equivalen a dos o tres veces la pensión máxima, sin que ni su necesidad ni su preparación justifiquen su contratación, solo clientelismo partidista, eliminarían cientos de coches oficiales, y de tantos y tantos privilegios que han engordado la llamada burbuja política.

Cuando los españoles estamos abrumados por las consecuencias de la pandemia, miles de familias han quedado sin trabajo y apenas sin ingresos, no se ve solución próxima y la desesperación hace estragos en una gran parte de la población, lo que menos necesitamos es que quieran hacernos ver que se preocupan de nosotros con una ridícula carta, innecesaria y patética.

No tienen credibilidad, lo dice incluso su CIS, se les considera uno de los principales problemas por la mayoría de la población, y sin embargo, siguen anclados en su burbuja de privilegios, como si la ruina y la crisis no les afectara.

Tienen mucho que mejorar, y eso no se consigue con cartas.