Opinión
Por
  • ÁLEX SÁNCHEZ BOLSA

La impaciencia

La impaciencia, una de las características más frecuentes en la sociedad globalizada de nuestro siglo XXI, premia y ensalza la velocidad y la inmediatez en cada una de nuestras actuaciones.

No hay más que echar una leve mirada a nuestro alrededor para ser testigo de cómo una persona aprieta impulsivamente varias veces el botón del ascensor, toca la bocina reiteradamente de su medio de locomoción apenas cambia la luz del semáforo de turno -bien sea coche, moto o bici- o se incomoda visiblemente en la espera de una fila de un supermercado.

Al respecto, hoy mismo me ha sorprendido positivamente la actitud de la cajera de un conocido centro comercial, quien, a un apurado anciano que ha desparramado su dinero junto a su compra, le ha cobrado, metido el cambio en su monedero y embolsado diligentemente sus artículos comprados, con paciencia franciscana y acompañada de una bella y sincera sonrisa.

Y es que, está fehacientemente demostrado que, una actitud tolerante ante los demás -lo más alejada posible de la impaciencia- provoca claros efectos tanto a nivel físico como psíquico en las personas.