Opinión
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  • Diario del Altoaragón

Año de carencia en las estaciones de Aramón

Las circunstancias han determinado que Aramón haya anunciado la cancelación de toda posibilidad de abrir sus estaciones de esquí. La inviabilidad operativa y económica ha motivado una decisión que no ha sorprendido a nadie. En otras campañas, los contratiempos meteorológicos han inducido a una cierta reflexión de orden general en torno al clima y a los modelos sostenibles. Este año, las razones son coyunturales pero también han de estimular un cierto pensamiento estratégico para que los ejercicios sucesivos se eleven sobre cimientos sólidos, comenzando por la necesidad de acometer obras como la unión de estaciones o la ampliación de Cerler, todo naturalmente con las máximas garantías medioambientales como corresponde a la propia configuración de nuestro Estado.

Pero, más allá de estos proyectos que cuentan con un amplio respaldo dentro del arco parlamentario aragonés, nuestro Pirineo aporta un potencial impresionante para agrandar la oferta como destino turístico y para beneficiar al conjunto de los valles. Las pistas de esquí de fondo pueden ejercer un efecto tractor de visitantes extraordinario porque es difícil encontrar paisajes y condiciones más óptimas que los que recorren las instalaciones actuales. Incluso, habría que estudiar una ampliación de esta disciplina porque sobra territorio y la demanda crece para el nórdico y para variedades como las raquetas. Por otro lado, el extraordinario incremento cualitativo y cuantitativo de la oferta comercial tiene todavía muchísimo recorrido para ocupar más fechas del calendario con objeto de desestacionalizar los grandes focos de presencia de turistas. El esfuerzo para concebir el futuro mapa blanco ha de incorporar la participación de los ayuntamientos, las comarcas y todos los recursos que sirvan para consolidar el liderazgo español.