Opinión
Por
  • DAVID LÁZARO AGUILERA (SECRETARIO GENERAL DE OSTA)

Debemos proteger a la clase trabajadora

Tanto los datos de desempleo con 85.158 personas desempleadas, con un incremento del 3.39% respecto al mes anterior, como del PIB son muy malos para la economía aragonesa y para los y las trabajadoras.

En Aragón se han destruido más de 1.000 empresas desde febrero del 2020, que fueron incluidas en Ertes 147.921 personas en 2020, de los cuales unos 15.428 siguen en esta situación y 9.735 autónomos perciben aun la prestación de cese por actividad, lo que evidencia que sin esta herramienta nuestros datos de desempleo serían peores, pudiendo estar por encima de los 100.000 desempleado en Aragón, lo que acentuaría todavía más las desigualdades y los datos de pobreza.

Desde OSTA consideramos que mientras dure la crisis es necesario prorrogar los ERTE, siempre y cuando se mantengan medidas de protección a los y las trabajadoras y no se consuma desempleo, ya sean de fuerza de mayor o por causas económicas por COVID, porque, de no ser así, los trabajadores van a ser los grandes perjudicados de esta crisis, lo que se traducirá en más desempleo y por lo tanto un desequilibrio mayor en las cuentas del Estado.

Aun con este panorama los ERTE no se pueden convertir en una medida estructural, en muchos casos puede que se mantengan artificialmente empresas que su futuro pasara inevitablemente por el cierre o por la suspensión de pagos. Aunque también reconocemos que esta medida junto a la imposibilidad de despedir, ha supuesto una menor destrucción de empleo de lo que la crisis sanitaria hubiera provocado.

Son necesarios cambios en la legislación, en estos momentos; en los ERTE derivados por covid no se necesita el acuerdo con la representación legal de los trabajadores, lo que puede resultar en que haya empresas que se acojan a esta medida, solo por las ventajas que les supone, sin que realmente la necesiten y por lo tanto se debería modificar la legislación para que solo se puedan acoger a esta herramienta las empresas que lleguen acuerdos o sean autorizados tras su revisión por la administración.

Solo con un mayor control desde la administración se garantizará evitar fraudes y por ello es necesario aumentar la plantilla de la Inspección de Trabajo, ya que en estos momentos son los únicos que pueden vigilar y exigir el cumplimiento de la legislación.

Desde OSTA solo vemos como únicas alternativas; una reforma fiscal progresiva, para que pague más, quien más tiene, fortalecer el sistema público, una subida generalizada de salarios en todos aquellos sectores que no han sido golpeados por la crisis o que sean reivindicado como esenciales, y un uso racional de los fondos que lleguen desde Europa.

Por ello, debemos exigir que nuestras condiciones se negocien aquí, porque ha quedado demostrado que los convenios estatales negociados en Madrid suponen condiciones más precarias para los trabajadores y trabajadoras que, en esta crisis, nos han demostrado que son esenciales, como los cuidados, dependencia, supermercados, transporte, limpieza, sanidad… Debemos apostar decididamente por nuestro tejido industrial porque es quien en mayor medida genera mejores salarios y por ende su contribución vía impuestos es mayor, siendo esta la alternativa real para sostener nuestra sociedad; protección, jubilaciones, sanidad, educación… Tenemos que proteger a los sectores más castigados; turismo, ocio, hostelería, comercio, cultura… directamente, siempre y cuando esto vaya ligado al mantenimiento del empleo, con cláusulas que en caso de incumplimiento retornen al gobierno la inyección económica.

Se debe reforzar la protección a las personas y es obligatoria la subida del SMI como si han hecho en otros países europeos que sumado a la puesta en "marcha real" de la Renta Básica contribuirá ayudar a los hogares más castigados.

Sobre los tan ansiados fondos europeos decir que, aunque Aragón haya salido perjudicado porque se han priorizado criterios de volumen de población, ignorando los territorios con mayor dispersión, es imprescindible un buen uso de los mismos y que estos se destinen a reconstruir el tejido productivo con rigor y no se mal empleen como ya ha sucedido en otras ocasiones.

Ahí están los ejemplos de gestión más que dudosa, con los fondos para la recuperación a los participantes en la estrategia aragonesa para la recuperación social y económica del gobierno de Aragón, los destinados en las cuencas mineras o todo lo destinado a las políticas activas de empleo, inyecciones económicas todas ellas que no han supuesto ninguna mejora, ni protección para los y las trabajadoras y todos sabemos cómo se han utilizado.

Por lo tanto, es necesario un buen uso de la ayuda de Europa que tanto reclamamos en la anterior crisis, y que esta vez sí que parece que va a llegar. Estos fondos nos ayudarán a salir en una posición mejor de esta crisis o nos condenarán definitivamente a un País de servicios, en el que las desigualdades cada vez serán mayores y los ricos serán más ricos y los pobres más pobres.