Opinión
Por
  • EDUARDO MARCO VALLE

Seamos egoístas y compartamos las vacunas

El llamado "primer mundo", en el que estamos incluidos aunque en un lugar no muy preeminente, se ha dedicado a hacer acopio de vacunas como si no hubiera un mañana. Los gobiernos alardean de los millones de dosis adquiridas y comprometidas, sin importarles poco ni mucho que 2.500 millones de seres humanos en más de 120 países del "tercer mundo" tengan imposible acceder a las mismas. A la hora de la verdad este triunfalismo se ve empañado por los conocidos retrasos en el suministro por parte de las compañías farmacéuticas. También empañan el brillo de esta gestión gubernamental las dudas respecto a si las tan esperadas vacunas serán efectivas ante las nuevas cepas que van apareciendo del "covid" (la "british", la sudafricana, la brasileña...) y las que sin duda seguirán surgiendo, ya que el virus "muta" y, si puede, mata.

Pero eso no preocupa a nuestros gobiernos "primermundistas": "ya se irán afinando las vacunas... nosotros a seguir copando las existencias"... como si no hubiera un mañana y como si no hubiera otros "tercerosocuartosmundos" en este planeta. Otros mundos donde el virus se sigue expandiendo y puede saltar fronteras y océanos como ya se ha demostrado. ¿Pensarán nuestros gobiernos construir un muro "estilo Trump" o unas vallas con concertinas "estilo Melilla" para impedir su propagación Olvidémonos por un momento de los gobiernos y escuchemos a los científicos. Nos dicen que cuando una población alcanza un alto grado de inmunidad, el virus ya no encuentra fácilmente personas en las que "hospedarse" y se ve obligado a mutar, persistiendo las "variantes" del virus que resulten más eficaces en el contagio. Pero paradójicamente puede darse un efecto similar cuando una población alcanza un alto grado de contagios, pongamos las favelas de Río, los barrios marginales de Ciudad del Cabo o el Reino Unido del primer Boris Johnson en su fase negacionista... Al encontrarse con gran número de personas que ya están generando anticuerpos, el virus también se ve presionado para "reinventarse" y muta.

Por tanto, si en el "primer mundo" continuamos con este egoísmo "acaparativo" estaremos, sin querer, contribuyendo al surgimiento de nuevas cepas (más propiamente deberíamos denominarlas variantes). Mi propuesta es clara: pasemos a un "egoísmo altruista"... ¡pero ya! Opciones tenemos unas cuantas: que las farmacéuticas, que además han recibido abundantes fondos públicos para desarrollar las vacunas, liberen temporalmente las patentes... que las organizaciones internacionales del comercio y de la propiedad intelectual permitan la fabricación de "genéricos"... que las propias farmacéuticas alcancen un acuerdo con la OMS u otra organización para suministrar vacunas a precios "sociales"...

De esta forma, no solo contribuiremos a salvar vidas en el "tercer mundo", sino que estaremos poniendo las bases para una acción más eficaz en nuestra sociedad, enfrentándonos a un virus más estable y "predecible". Seamos "egoístas-altruistas" y pongámonos a salvo todos juntos.