Opinión
Por
  • JOSÉ MURILLO

Otras pandemias

Las palabras del exministro de Sanidad negando a finales de diciembre que fuese a encabezar la candidatura del PSC en las recientes elecciones en Cataluña, recuerdan al presidente Sánchez cuando decía que "no dormiría tranquilo con Podemos en el gobierno" poco antes de nombrar vicepresidente al secretario general. Sería muy larga la enumeración de casos referidos a este hecho vergonzoso: ¡La mentira institucionalizada!, como si fuese un fenómeno normal, cuando en realidad se trata de otra corrupción, aunque todavía no esté tipificada como tal. Para los seres humanos, comunicarnos es una necesidad vital. La mentira circula alegremente por el torrente de la comunicación social, siendo un contaminante muy tóxico. Los casos de corrupción política, económica, etcétera, suelen acabar en los tribunales de justicia. Ante una pandemia, se buscan remedios que la puedan combatir, confinamientos, vacunas, etcétera, mientras, contra la mentira utilizada como herramienta para fines políticos, no se alzan voces manifestando rechazo. ¿Por qué no saltan las alarmas del "sistema inmunológico" de la sociedad ante este hecho tan perjudicial Colectivamente, ¿somos como un organismo enfermo, que no reacciona ni ante la presencia de gérmenes letales En todo vigilamos que los niveles de contaminación no alcancen cotas peligrosas, excepto en la verborrea de algunos representantes políticos, que con su palabra dicen una cosa y con sus hechos evidencian otra. Aunque los embusteros obtengan buenos resultados a corto plazo, es evidente que cabalgando sobre mentiras no es posible conducir al país hacia metas estables prósperas y duraderas.