Opinión
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  • PASCUAL ASCASO

La tenacidad venció a la tozudez

Tenacidad y tozudez es lo que ha conllevado durante muchos años el asunto de las 111 piezas de carácter religioso que se encontraban en el museo diocesano de Lérida y que ahora, por fin, regresan a donde nunca debieron de haber salido, a la diócesis de Barbastro-Monzón.

La tozudez corresponde al obispado de Lérida y a la consejería catalana correspondiente que han intentado hasta este momento, haciendo oídos sordos una y otra vez a la razón, por querer perpetuar como suyos lo que no les correspondía. La justicia ha puesto punto y final a lo que ellos siempre convertían en punto y seguido con tozudez inadmisible.

Ahora el obispo leridano, para ser correcto y responder a sus verdaderos sentimientos debería de haber dicho que no acepta la sentencia, sino que a la fuerza ahorcan, porque tiempo tuvo para aceptarlo de buena gana y en cambio nunca, terco que terco, lo hizo. ¡Vaya obispo! En cualquier persona esta forma de obrar está mal pero en un representante de la Iglesia de ese nivel mucho peor, ya que quien debe dar ejemplo de justicia y equidad no la da. La avaricia rompe el saco.

Por el contrario la tenacidad corresponde al obispado de Barbastro que ha tenido que luchar, contra viento y marea, hasta la extenuación para poder recobrar lo que siempre fue suyo y nunca debió de estar en Lérida.

Al obispado leridano y la Consejería del ramo no les han faltado artimañas para tratar de quedarse con lo que no es suyo y pensando que el pez grande se come al chico, creyeron que al final se quedarían con lo que nunca fue suyo. Pero al final les ha salido el tiro por la culata y con mucho dolor de corazón y quizás de estómago acompañado de rabia, no les ha quedado más remedio que ver viajar a las 111 piezas rumbo a Barbastro.

Enhorabuena a la tenacidad de los dueños y maldición a la tozudez de los usurpadores. Que sirva esto para que lo que aún tienen lo devuelvan con mejor gana y sin dar largas al asunto.