Opinión
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  • Diario del Altoaragón

Madurez y equilibrio

Hostelería comercio Huesca
Las medidas se flexibilizan en Huesca
Pablo Segura

LA PROVINCIA de Huesca se ha convertido en la más beneficiada por las medidas de levantamiento parcial de restricciones a causa de la pandemia. Es una decisión coherente, ajustada al mejor comportamiento estadístico que, en este caso de manera singular, tiene una correlación entre la causa y el efecto. Esto es, toda esta ola procedente de las conductas en el entorno de la Navidad ha sido más leve en el caso del Alto Aragón que en las otras dos provincias, si bien la prudencia de la administración autonómica ha atemperado los anhelos de mayor apertura.

Cuando se esgrime, camino del año de la epidemia que tantos despreciamos en sus prolegómenos, que existe un agotamiento por la acumulación temporal y también por la ansiedad que auspicia la inseguridad, la respuesta que hemos de darnos a las preguntas es que permanecemos en estado de alarma y que, desafortunadamente, la ciencia no nos ha revelado unas fórmulas certeras y matemáticas para encarar unos contagios que, además, tampoco está claro cómo se producen. Todos conocemos casos que resultan inexplicables y cuyas repercusiones, a veces, son terroríficas. El guarismo de fallecidos debiera ser un factor disuasorio de primer orden.

No faltan razones para las críticas acerbas a las instituciones. Han exhibido importantes lagunas, faltas de previsión, ineficacia en los equipamientos, ineficiencia en una vacunación que camina a ritmo de tortuga. Y, sin embargo, la regla número uno que nos debemos imponer a nosotros mismos es protegernos, para lo cual es ineludible madurez, reflexividad y equilibrio. Ahora sí, aunque más lento de lo que desearíamos, embocamos una paulatina normalización, muy pausada, ante la que no hemos de permitirnos pasos atrás. Y eso implica responsabilidad.