Más trigo, menos prédica
TRES tristes tigres tragaban trigo en un trigal. Tanto trigo tragan que los tres tigres tragones con el trigo se atragantan. El trabalenguas ha sido tan versionado que se convierte en un recurso pedagógico para tantas causas como imaginar podamos. Es adecuado para ejemplificar la voracidad centralista, provenga de donde provenga. Cuando desde Zaragoza se reclama un ministerio a Madrid, ni siquiera se plantea la posibilidad de derivar una consejería a Huesca o a Teruel. Y quizás, si no fuera porque son dos capitales de manifiesta endeblez en el liderazgo (no sólo es culpa institucional), las dos pequeñitas aludidas actuarían igual con su entorno.
A Huesca, pomposamente, se le ha venido acuñando el título de “capital del conocimiento de Aragón”. En tal virtud, presumiblemente, se instaló Walqa y en sus orígenes se rehusó la pretensión de Belloch de edificar la Milla Digital zaragozana. El último episodio ha sido la implantación de Amazon Web Services con un gran puñado de hectáreas de suelo en Plhus, supuestamente asociado a la cercanía del parque tecnológico. El triángulo se completaba con Villanueva de Gállego y El Burgo de Ebro. Luego supimos que la formación se fijaría en Zaragoza y Villanueva de Gállego, destinatarias ahora de solares para otros usos de la “casa Bezos”. Cierto es que las empresas son libres de elegir, pero las administraciones no están exentas de intentar el reequilibrio.
Aseguraba Rusiñol que engañar a los hombres de uno en uno es bastante más difícil que engañarlos de mil en mil, restando méritos a los oradores. La capital del conocimiento se queda por ahora en “granja de servidores”. De los tres tristes tigres, dos se atragantan y el otro se queda desnutrido. Más trigo, menos prédica