La tormenta perfecta en el mercado del automóvil

LAS MATRICULACIONES de turismos y todoterrenos cayeron 32 puntos porcentuales en el mes de febrero y elevaron hasta los 17 la disminución de los dos primeros periodos del año en la provincia de Huesca, mientras en España el desplome fue superior. Las tres patronales han alertado sobre la severidad de la coyuntura. Lejos de apreciar brote verde alguno, constatan una auténtica tormenta perfecta por la situación general con la tercera ola de la pandemia que ha representado un rejonazo en lo más alto de las aspiraciones de recuperación, la crisis económica que da al traste con las previsiones de todos los servicios de estudios, el descalabro en la confianza de un alicaído consumidor, el inadecuado aumento del impuesto de Matriculación y, finalmente, la conclusión del plan Renove. Que el único segmento que haya crecido es el de los coches de más de veinte años pone el acento en la inquietud que vamos a padecer por la seguridad en las carreteras, y es que la renovación del parque automovilístico está indisociablemente relacionada con la protección desde los cada vez más óptimos sistemas activos y pasivos frente a los accidentes.

Es una cuestión que para nada es baladí, como no lo es el hecho de que difícilmente se combatirá el cambio climático si no se producen estímulos eficaces para introducir no sólo las unidades propulsadas por energías renovables, sino también aquellas que por su tecnología minimizan el impacto de las emisiones de carbono aun con fuentes fósiles. La transición, por las dificultades intrínsecas de carácter económico e ingenieril, demandará flexibilidad y pragmatismo dentro de unos futuros planes que no pueden tardar en ser activados porque en juego están decenas de miles de puestos de trabajo y la viabilidad de una auténtica locomotora económica.