Opinión
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  • Diario del Altoaragón

Justicia tras un cuarto de siglo

Litigio del Obispado de Huesca y Barbastro-Monzón
RV: Litigio del Obispado de Huesca [[[DDA CORRESPONSALES]]][[[DDAARCHIVO]]]
S.E.

LAS COPIOSAS nevadas de principios de año activaron el refranero en el sentido que todos deseábamos: año de bienes. Hoy es un día histórico que reconforta con el sentido de la justicia, de la verdad y de la dignidad. Una jornada en la que los aragoneses apreciamos el valor que se nos presupone, el de la tenacidad, puesta a prueba por la pertinaz resistencia de la otra parte en litigio. La paciencia ha sido digna de la popular expresión de las catilinarias, y es que efectivamente el camino ha estado minado por una sucesión de recursos, de variación del terreno de juego y de pretensión de cambios en las normas y los criterios. Cuando hoy lleguen las 41 piezas finales de las 111 reclamadas en nombre de las parroquias altoaragonesas, podremos dar definitivamente por buenos los más de veinticinco años de buena lid, en la que la razón ha sido reconocida gracias a la solidez argumental y a la habilidad del uso del Derecho de los representantes del Obispado de Barbastro-Monzón y del Gobierno de Aragón como parte coadyuvante. Hoy, quizás en una de las contiendas legales más exigentes de los anales de nuestra región, podemos presumir definitivamente de esa cultura foral y de la adaptación a las nuevas legislaciones.

De paso, es una ocasión extraordinaria para darnos el baño de dignidad y de memoria desde los que avanzar hacia el progreso. Aprender que no podemos bajo ningún concepto perder la más mínima manifestación de nuestro patrimonio. Entender que, en las obras elevadas por nuestros antepasados, junto al sudor y hasta las lágrimas por el resultado artístico, barnizamos el amor religioso con la identidad de un pueblo orgulloso de su pasado, comprometido con su futuro. Hoy va a ser un gran día.