Opinión
Por
  • Javier García Antón

Somos ya #unopuntox

Julia Pérez Lozano
Julia Pérez Lozano
S.E.

JULIA PÉREZ Lozano apenas podrá esgrimir la condición de disléxica que acompaña su perfil en redes sociales. La prodigiosa periodista gastronómica arrancó hace justo un año la campaña #unopuntosiete para reivindicar medidas frente a la amenaza gravísima que se cernía sobre la hostelería y esos 1,7 millones de puestos de trabajo del sector. Por aquel entonces, los augurios gubernamentales para nada presagiaban más de un año de estado de alarma, esto es, de restricciones que, tras la reclusión domiciliaria estricta y el cierre de locales, se han cebado en los empresarios y profesionales de esta actividad. Sí, cebado. Ni George W. Bush hubiera aplicado mejor la calificación de “preventiva” a una acción suya. El misterio de las armas de destrucción masiva en Irak han sido algo similar a los informes sobre la extensión de los contagios en los hosteleros cumplidores (porcentaje casi universal). Clasificados como “top secret”... si los hubiere.

Y, en medio de la moralidad vagabunda que acuñaba Zigmunt Bauman, del “hashtag” se ha desprendido el siete y quién sabe si hasta el uno, de tal guisa que una futura acción de los organizadores de aquella iniciativa habría quizás de partir del lema “Somos #unopuntoequis o #ceropuntoequis” y queremos recuperar el #unopuntosiete.

Es probable que algún severo lector, adormecido posiblemente en el conformismo que nos hace mirar con displicencia el salvaje aumento del desempleo, estime una frivolidad demandar la recuperación del sector de quienes nos sirven y nos ofrecen por un precio discreto la felicidad. Pero es que aquí, como sentencia Jordi Roca en el magistral anuncio plagado de chefs, nos jugamos “nuestra forma de vivir”. Nuestra identidad. Yo no renuncio a ella. ¿Usted?