Opinión
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  • Diario del Altoaragón

El Árbol Europeo del Año 2021, cargado de simbolismo

carrasca de Lecina
Los asistentes a la emocionante gala virtual de proclamación del Árbol Europeo del 2021, en la Carrasca
Rafael Gobantes

LA CARRASCA DE LECINA ha hecho historia al convertirse en el primer ejemplar coronado como Árbol Europeo del Año y, de paso, establecer un récord con 104.263 votos con los que ha superado a sus competidores italiano y ruso. La espectacularidad de la encina sobrarbense, en un pueblo de casas preciosas y auténticas que apenas alcanzan la decena de vecinos censados, es tan sólo comparable a la simbología de este hito que es para todo el Alto Aragón. La consecución de este éxito ha sido posible gracias a la iniciativa, el esfuerzo y la conjunción de voluntades de instituciones como la Comarca del Sobrarbe, Tuhuesca o la DO Vinos del Somontano, y de afanosos voluntarios como Daniel Vallés con sus Caminos de Barbastro y el cura José María Cabrero que tanto vertebra con su acción pastoral los ímpetus de una quincena de pueblos. Es también la lección paradigmática de todo un territorio tan débil demográficamente como tenaz que ha sabido llamar la atención de los ciudadanos que han recibido los ecos de la acción coordinada en medios de comunicación nacionales y locales, en redes sociales y en herramientas como wasap.

La Castañera es la manifestación de nuestra personalidad, de nuestra identidad y de hecho en junio se erigió en el icono de la resistencia frente a la covid en un acto central de plantación en Zaragoza. Pero es que, además de sus centenares de años de crecimiento y elusión de los riesgos, alberga leyendas e historias fascinantes (es una de las condiciones del concurso) que revelan la sutileza, la capacidad de adaptación y el ansia de concurrir en torno a la belleza del hábitat de los aragoneses. El árbol que en parte de su evolución ha sido considerado sagrado se exhibe ya como uno de los encantos de nuestro destino turístico.