Opinión
Por
  • Jorge Pascual Sesé

Proteger y protegerse, una inversión para la empresa

Oficinas de la empresa PrevenSystem en la Calle Padre Huesca / 8-11-19 / Foto Rafael Gobantes [[[DDA FOTOGRAFOS]]][[[DDAARCHIVO]]]
Oficinas de la empresa PS-Prevensystem
Rafael Gobantes

El “nuevo” coronavirus que venimos padeciendo desde hace ya un año en nuestro país nos ha enseñado muchísimas cosas, una de ellas ha sido la enorme importancia que la seguridad, la salud y el bienestar tienen en la cuenta de resultados de cualquier empresa, por pequeñita que ésta sea. Podríamos convenir que la pandemia de la Covid-19 ha aumentado la preocupación de las empresas por proteger y cuidar a las personas.

Aunque, por mucho que pueda sorprendernos, esta preocupación no es nueva para todas las empresas, al menos no lo es para las empresas que persiguen la excelencia. Desde hace muchos años hemos visto como las empresas con mayor proyección, siempre se han caracterizado por perseguir continuadamente mayores niveles de seguridad, salud y bienestar para sus personas trabajadoras, clientela y el resto de partes interesadas, ya que con ello saben que obtienen mayores ingresos, mejor imagen, menores costes derivados de la accidentalidad y del absentismo, mayor compromiso, mejores tasas de productividad, menor rotación, así como opciones superiores de atraer y retener nuevo y mejor “talento”.

La mejor noticia es que esta apuesta -esta inversión- por proteger y cuidar a las personas, para, en síntesis, protegerse del mercado, no requiere ni siquiera de elevados niveles de crecimiento espiritual, puede promoverse por puro y simple “egoísmo inteligente”; procurar que los demás estén muy bien, para que la empresa pueda estar un poquito mejor. Proteger y protegerse.

Por todo ello, en mi opinión, para alcanzar la excelencia, las empresas debemos ocuparnos de ayudar a las personas a que cubran sus necesidades. Teniendo en cuenta que la necesidad máxima es la autorrealización, que las personas tenemos un deseo innato de autorrealizarnos, de ser lo que hemos venido a ser, y que, además, contamos con la capacidad para perseguir nuestros sueños de manera autónoma, siempre que nos encontremos en un ambiente propicio.

Para poder conseguir en la empresa ese ambiente propicio, necesario para que nuestros empleados puedan aspirar a las metas de su propia autorrealización, es importante cubrir las necesidades anteriores de la famosa pirámide de Maslow, como son la seguridad, la salud o el bienestar. Para ello, la empresa debe esforzarse porque los empleados dispongan de periodos de descanso adecuados, buenas opciones de acceso a alimentos y bebidas saludables, que no haya riesgos laborales incontrolados o no tolerables, que se fomenten pautas saludables, poder asegurar un puesto de trabajo estable, cubrir sus expectativas salariales, fomentar vínculos afectivos entre las personas, favorecer el fortalecimiento de la autoestima a través del reconocimiento, ayudar a las personas a darle un sentido bonito a su labor, a hacer una buena interpretación de la finalidad de su puesto de trabajo, de forma que se pueda alinear con las expectativas morales y de desarrollo de cada persona.

Como intuimos, la labor no es simple, pero considero que el beneficio, que no es otro que la supervivencia para la empresa, y la evolución de las personas y la sociedad, hace que sea un propósito de lo más atractivo y retador para todas las partes interesadas. l

Presidente del Foro Empresarial Huesca Excelente

Director Técnico de PS – Prevensystem