Opinión
Por
  • Luis Rodríguez Pradas

Último día de invierno

jugetes Trobada
Trobada, de Cáritas, en Huesca
Pablo Segura

María es una mujer sola con dos niñas. Hace unos meses compartía vivienda, pero se vio obligada a abandonarla. Cuenta con unos ingresos humildes que le permiten asumir un gasto de alquiler siempre que este sea asequible. Desde el Programa Promocional de Cáritas Diocesana de Huesca acompañamos su proceso, ayudándole a mejorar su nivel formativo de tal forma que pueda acceder, cuando sea posible, a un empleo con el que vivir de manera autónoma. María y sus hijas necesitaban una vivienda. Buscaban y no encontraban, siendo rechazada por no cumplir las exigentes condiciones del mercado de vivienda en Huesca.

Hoy para María es el último día de un largo invierno. Gracias a una búsqueda incansable en estos últimos meses, finalmente ha podido encontrar un alquiler ajustado a su situación económica que le permitirá acceder junto a sus hijas a una vivienda digna. Sólo ellas saben lo que esto significa, aunque todos tenemos nuestra valoración sobre la importancia de contar con un lugar seguro y adecuado en nuestra vida al que poder llamar hogar.

Sirvan estas palabras para agradecer a la familia que ha apostado por poner a disposición de María la vivienda en alquiler a un precio asequible, muy por debajo del valor de mercado. Gracias por acogerla y abrirle las puertas de una nueva comunidad, integrándola en igualdad y rompiendo de esta forma las barreras de la exclusión y la vulnerabilidad a las que se estaba enfrentando. Como dice el lema de la campaña que con motivo de la pandemia lanzó Cáritas en el año 2020, cada gesto cuenta.

Según el último informe sobre exclusión y desarrollo social en Aragón publicado por la Fundación FOESSA en 2019, la vivienda es la dimensión social que genera situaciones problemáticas a un mayor porcentaje de la población aragonesa. Personas y familias a las que la falta de una vivienda adecuada y segura determina de forma inexorable su vinculación con la sociedad en la que viven. Con la iniciativa “Tú puedes ser la llave”, desde Cáritas Diocesana de Huesca perseguimos sensibilizar a la comunidad sobre la ausencia de alternativas habitacionales asequibles que den cobertura al derecho humano a la vivienda, al tiempo que denunciamos la falta de compromiso de las administraciones competentes a la hora de garantizar dicho derecho. Quedan muchas personas como María que, a diario, se enfrentan a innumerables barreras que dificultan su acceso a una vivienda adecuada y asequible. Barreras que van más allá de un marco normativo estricto, y que remiten en muchas ocasiones a discriminaciones más o menos veladas amparadas por prácticas de dudosa legalidad. Como resultado, muchas personas a las que esta situación de vulnerabilidad residencial les aboca irremediablemente a la exclusión social. Ante ello, una comunidad que se compromete y aporta soluciones, que denuncia como sujeto de responsabilidades la vulneración de derechos que detecta surge como una potente fuerza que nos señala el foco principal de una realidad que preocupa y nos ocupa.

Por desgracia, la iniciativa “Tú puedes ser la llave” sigue hoy más vigente que nunca. Seguimos animando la movilización de viviendas en régimen del alquiler asequible porque asumimos nuestra responsabilidad ante esta realidad al tiempo que denunciamos la falta de responsabilidad de quienes tienen la obligación de garantizar. Queremos agradecer a todas aquellas personas que desde el lanzamiento de la iniciativa siguen poniéndose en contacto con Cáritas para dar cauce a su solidaridad manifestada en muy diversas formas, y concretamente a través de viviendas en alquiler asequible destinadas a familias en situación de vulnerabilidad acompañadas desde nuestros proyectos.

Para muchas personas en nuestra diócesis, la búsqueda y el mantenimiento de una vivienda asequible constituye un largo invierno que por desgracia en muchas ocasiones no se acaba nunca. Ojalá la primavera meteorológica marque también el tiempo del renacer a la inclusión para muchas personas que a día de hoy ven vulnerado su derecho a una vivienda adecuada. Eso sólo sucederá con un compromiso real de las administraciones concretado en un marco normativo garantista y en políticas públicas que pongan relevancia en la vivienda como derecho humano y no como mero bien de especulación y mercado. Para ello, el empuje y la incidencia política de nuestra comunidad resultará determinante, sumado a los pequeños gestos de buena vecindad y solidaridad que día a día tenemos la suerte de seguir compartiendo y acompañando. l

Coordinador de animación comunitaria de Cáritas Diocesana de Huesca