Opinión
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  • Diario del Altoaragón

Confinamientos selectivos

Sira Repollés y Francisco Javier Falo
Sira Repollés y Francisco Javier Falo en su comparecencia de ayer.
S.E.

DEFENDÍA ayer en la radio pública aragonesa Margarita del Val la proporcionalidad en la toma de decisiones sobre el régimen de movilidad y actividad de los territorios teniendo en cuenta el momento del proceso de pandemia en el que nos hallamos. La viróloga, que ha sido extraordinariamente crítica con la gestión institucional de distintas administraciones en los últimos meses y que, además, no tuvo inconveniente en defender la idoneidad de la vacuna Sputnik cuando era despreciada en objeto de mofa constante por la generalidad del país, reclamó responsabilidad a los ciudadanos y a los organismos públicos, pero a su vez expuso el panorama que vamos a tener por delante largo tiempo.

Y es que, efectivamente, el molesto virus que nos está atizando y se ha llevado la vida de tres millones de personas en el mundo va a estar con nosotros aunque sus manifestaciones limitarán su intensidad por el efecto de las vacunas y, cuando lleguen, los antídotos. Al esfuerzo de la ciencia -extraordinario en marcos, como en España, no demasiado propicios- hemos de sumar todos los sacrificios acordes con la realidad de cada tiempo. Y, en este sentido, ha de ser la versatilidad en las medidas la que contribuya a dañar mínimamente la actividad económica o de otros ámbitos poniendo el foco en aquellos terrenos de riesgo y delicado equilibrio. Fraga y La Litera quedan confinadas hasta el 9 de mayo -no podrá ir más allá sin estado de alarma u otro instrumento legal- con la certeza de que la reclusión de estos territorios será buena para sus habitantes y también para los de su entorno. Las renuncias a la normalidad van menguando y hay que reclamar un último estirón de la prudencia, de la precaución, porque el premio gordo llegará cuando llevemos la cara libre de toda barrera.