Opinión
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  • Diario del Altoaragón

Los fondos, las pymes y los pequeños sectores

Vista de Huesca
Vista de Huesca
D.A.

EN SU CLARIVIDENTE columna publicada en nuestro diario ayer, Manuel Campo Vidal significaba que no podemos concebir los fondos europeos como una panacea y que toda promesa excesiva de las administraciones o de otros agentes no dejará de ser una sobrevaloración de las expectativas que pueda derivar en depresión generalizada. No son pocas las voces que abundan en que las partidas comunitarias para la recuperación y la resiliencia, como se les ha denominado, puedan desembocar en un alto porcentaje en grandes compañías de actividades estratégicas que, consecuentemente, no tendrían el pretendido efecto en una economía en la que la atomización empresarial es una característica muy definitoria.

En un mercado absolutamente abierto, con la globalización como riesgo pero también como oportunidad, un diseño eficaz de la nueva economía ha de combinar la proclama de sus características verde, digital y social (que suenan muy bien pero en muchas facetas no son aplicables) con la realidad en la que los territorios han de protegerse -como si fuera una consecuencia de la cultura establecida por la pandemia- para mejorar sus comunidades con el impulso de pequeños gremios que, unidos, tienen un peso específico sobre su producción muy relevante. Ayer traíamos el caso de las agencias de viajes, hoy el de las reformas que están viviendo los últimos meses del ahorro obligado en materias como las de ocio que se ha propiciado en los hogares españoles, que han hecho de la necesidad virtud para tener la oportunidad de optimizar la habitabilidad de sus viviendas y, en el caso de las pymes, de sus dependencias abiertas al público. Esa suma de mucho para lo poco puede aliviar las penurias de una crisis que es real y que no se verá concluida -sólo- por los fondos europeos.