Opinión
Por
  • GARTÓN

¡Qué solos se quedan los muertos!

Florentino Pérez, presidente del Real Madrid
Florentino Pérez, presidente del Real Madrid
Agencia EFE

Perdido en las sombras, yo pensé un momento: ¡qué solos se quedan los muertos. La rima de Gustavo Adolfo Bécquer tiñe hoy la realidad de los obituarios metafóricos, aquellos que se aplican a los ídolos de barro que en este mundo somos todos, acompañados hasta el extremo en las glorias, abandonados cruelmente en el instante en el que el capricho, la maldad o la justicia nos pone los pies en el suelo.

¡No sé; pero hay algo, que explicar no puedo,

algo que repugna, aunque es fuerza hacerlo,

el dejar tan tristes, tan solos, los muertos! Bécquer incide en la triste realidad. La que esta semana ha arrumbado a Florentino Pérez, héroe inmarcesible el lunes, tirado por las traiciones el martes. Ni estaba tan acertado en el origen ni llevaba la penitencia por pecado después. Quizás, por una vez, los astros le sepultaron.