Opinión
Por
  • Javier García Antón

Felicidades, Aragón TV

Aragón tv
Aragón Televisión celebra su 15 cumpleaños
EP

NO LE faltaba a Umberto Eco razón cuando aseguraba que no salir en televisión es signo de elegancia. Naturalmente, el italiano se refería a esos bodrios que explican, no justifican, la denominación como caja tonta.

En nuestra tierra, disfrutamos de la oportunidad de contradecir, al menos en su generalización, a Eco y acercarnos más a la certeza de otro genio, Vázquez Montalbán, cuando esgrimía que, marchados los dioses, nos queda la televisión. Aragón TV acaba de cumplir quince años, después de muchos años en embrión con vicisitudes políticas en la primera intentona fallida. Era una implantación imprescindible por dos razones: una y fundamental, porque la nuestra era una comunidad acomplejada frente a los vecinos a pesar de que en cultura propia y en historia somos imbatibles; dos, no menos básica, porque este medio tiene las herramientas para vertebrar un territorio descomunalmente desequilibrado.

Quince años después, los aragoneses podemos estar muy orgullosos de nuestra televisión por tres motivos: uno por la pluralidad exhibida gracias a direcciones muy profesionales que nos han ofrecido 5.475 días “de actualidad, compromiso y compañía”, como aseguraba recientemente Francisco Querol; dos, porque se ha establecido un hilo directo con más de 1,2 millones de personas que participan directamente del proyecto hasta elevar las audiencias sideralmente; y tres, porque el humor nos hace libres y Oregón Televisión nos permite reírnos de nosotros mismos, símbolo de inteligencia e identidad.

Más allá de matices propios de las pasiones, en Aragón TV y Aragón Radio sólo he encontrado profesionales maravillosos y entregados. He dicho.