Opinión
Por
  • Juan Carrero Jiménez

Actividades comunitarias: desde la política

Juan Carrero
[[[DDAARCHIVO]]]
D.A.

Hace aproximadamente 5 años y después de haber sido votado en primarias por los miembros de Ciudadanos Huesca, como aspirante a un trabajo temporal de Senador, opté por retirarme después del primer proceso electoral individual en el que participé. Hoy, con algo de retraso, doy las gracias a los más de 13.000 oscenses que tuvieron a bien poner la cruz en mi casillero.

El partido al que representaba, por contra, no me facilitó ni una sola entrevista en radio o televisión local durante la campaña. Y eso que mi pensamiento era que quizá fuese uno de los candidatos más conocidos en la provincia, al haberla estado pateándola muchos años por razones laborales y sociales anteriores. El porqué fue así, habría que preguntarlo al comité electoral de nuestra Capital regional, muy asesorado por el señor Hervías. El desastre se vio luego: No salió un solo senador electo en España.

A pesar de mi renuncia a presentarme luego, cuando hubo que repetir elecciones, y a mi renuncia como Secretario de Ciudadanos del Comité Local de Huesca, he seguido ligado a este partido como militante de base, porque para mí es imposible renunciar a la idea de suavizar y arrancar espinas de ambas orilla de la política. Siempre en mis actuaciones laborales, sociales e incluso en esta incursión política, en mi ente, siempre he sentido la necesidad de acordar, exigir, ceder y a ser posible controlar, para lograr un desarrollo social, económico y de las personas, armónico y justo.

El discurrir del tiempo y la multitud de errores políticos cometidos por el Presidente Cs y su entorno quedaron en evidencia cuando a mitad de la única campaña electoral en la que participé se nos ordenó a los candidatos que se dejasen de impartir mensajes tibios. Las órdenes fueron tajantes. “Vamos a tratar de ganar las elecciones y haremos lo que creamos mejor”. Y las flores que en mi entorno se habían abierto con mis anteriores mensajes de suavizar la vida política se marchitaron completamente. Recuerdo la más dura de las críticas que recibí de un gran amigo personal. Fue esta: "Os habéis ensoberbecido “. Os habéis creído ser los fundadores de la democracia.

Ha pasado el tiempo y hoy el inicio de la caída social y económica española se vive en Madrid, tras el pacto de dos fuerzas de izquierdas para el Gobierno Nacional, pues unos meses después de entrar a Gobernar la coalición actual, España se pone de rodillas por el COVID, se reducen las funciones parlamentarias, y el país queda cerrado por un maldito virus que ha trastocado al mundo entero, frenado el desarrollo, erradicado muchos hábitos y de producir más de 100.000 víctimas directas.

Ahora llega la verdadera verificación de la capacidad de resistencia de España por el frenazo y caída de la economía, y ello producido en un momento en que el partido bisagra debería ser un partido centrista y liberal, y no una coalición de enemigos de la Democracia y la Monarquía. Ojalá el Sr. Edmundo Bal sepa contener la sangría de votos actual, ya que la Presidenta de Cs. inexperta, se ve desbordada por los hechos.

En su momento, con mi renuncia a volver a presentarme para ningún trabajo político, enterré mis deseos y renuncié a tratar de influir en la Sociedad.

Hoy, desde mi retiro como jubilado observo, con enorme preocupación, que el arte del acuerdo y del buen gobierno está siendo destrozado por los intereses creados, y por el peso de las intervenciones de grupos de poder que a su manera quieren dividir España, para convertirla en otra taifa moderna. Y hay un Gobierno central cómplice de ello.

En suma en España lo que hay es una batalla frontal de ideologías. Y con ello los perdedores seremos las personas. Esas mayorías silenciadas y que habrán de afrontar lo que consiga imponerse en la durísima lid que nos espera. l